Y eso puede y debe significar una gran oportunidad para que el transporte público incremente su presencia en dichas zonas. La restricción de acceso a determinados vehículos privados no es sinónimo de que se eliminen las necesidades de movilidad de los ciudadanos, por lo que las alternativas al coche están ahí, esperando ser utilizadas en mayor medida.
Así lo entiende también la OCU, que recuerda que las zonas de bajas emisiones están activas en algunas áreas de Madrid desde 2021 y de Barcelona, aunque otros municipios como Rivas, Sant Joan Despí y San Cugat del Vallès también las han aplicado ya.
Siete propuestas de OCU para las ZBE
Ante la necesidad de que las zonas de bajas emisiones aporten calidad de vida a los ciudadanos y no supongan un entorpecimiento de sus actividades cotidianas, desde el organismo se han detectado siete aspectos que podrían facilitar no solo el proceso de implantación, sino incrementar su eficacia:
-Una apuesta clara y decidida por la movilidad sostenible dando un buen impulso el transporte público, una amplia red de carriles bici segregados y conectados entre sí, la peatonalización de las zonas históricas y comerciales, además de la intermodalidad entre los diferentes medios de transporte.
–Señalización amplia, clara y bien visible de la entrada a la ZBE, tanto sobre la calzada, como en los laterales, incluyendo dispositivos luminosos. La gran mayoría de las sanciones en las zonas ya activadas son como consecuencia del desconocimiento del conductor o una mala señalización.
-Construcción de parkings disuasorios en los límites de las ZBE, gratuitos y bien conectados con el centro mediante transporte público. Es vital facilitar a los residentes del extrarradio y de poblaciones limítrofes con coches sin distintivo el acceso rápido y sencillo a la ciudad.
-Derecho a entrar en la ZBE con un coche sin distintivo de la DGT tres veces al año. El impacto medioambiental es muy limitado y, a cambio, se facilita la entrada a los residentes en caso de urgencia (por ejemplo, para acudir al hospital), además de a los turistas que esporádicamente visiten la ciudad.
-Cambio del actual sistema de etiquetas ambientales de la DGT para que priorice las emisiones reales frente a la tecnología del motor. La mayoría de los nuevos vehículos diésel o gasolina contaminan menos que los híbridos enchufables de gran cilindrada y que muchos mild hybrid.
-Ampliar las ayudas del Plan Moves para la compra de coches de segunda mano con etiqueta Eco o 0 emisiones dirigidas a familias con rentas bajas, a las que no les alcanza para adquirir un vehículo nuevo y lo necesitan para entrar en la urbe por motivos laborales o familiares.
–Información centralizada sobre las principales características de las 149 zonas de bajas emisiones (ZBE) repartidas por España: regulación, extensión, accesos, situación de los aparcamientos disuasorios y comunicación con el transporte público, etc.

