Un punto de encuentro en el que el sector de la distribución buscaba nuevas soluciones hacia la movilidad como servicio y en medio de un contexto marcado por la ineficacia en la gestión de los fondos europeos de recuperación y transformación, según los propios convocantes.
Uno de los principales intervinientes en el evento fue el presidente del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, que ha sido noticia a nivel nacional al solicitar un nuevo PERTE de Automoción que tenga en cuenta al sector de la venta y reparación, entendiendo que el actual ha sido un fracaso y que nació mal, al dejar fuera al sector de la venta y reparación, lo cual fue un error.
Polémica política
Por eso, Núñez Feijóo apostó por llevar a cabo en el sector de la automoción una transición ordenada, que no solo se centre en el vehículo eléctrico, sino que tenga en cuenta el resto de las alternativas de propulsión. Pero su propuesta estrella, la que ha generado más críticas en gran parte del sector, de los ecologistas y de la sociedad, fue que habría que retirar de las calles de inmediato todos aquellos vehículos de más de 10 años, en vez de centrarnos solamente en impulsar la propulsión eléctrica.
Una apuesta que, sin duda, sería muy sostenible desde el punto de vista ambiental, pero ¿y desde el económico? ¿Están la población y sus bolsillos preparados para una transición de tal calado de forma inmediata? Seguramente no, por lo que plantear la forma de alcanzar estas propuestas, tampoco estaría de más.

