Con muchos sistemas de transporte público luchando por recuperar usuarios e ingresos en esta nueva era del trabajo desde casa, una recuperación eficiente pasa por que las ciudades resuelvan este rompecabezas de la mejor manera posible, ya que los efectos de un sistema de transporte público infrautilizado son desoladores: las consecuencias económicas de la escasez de ingresos y la pérdida de puestos de trabajo para su funcionamiento, el aumento de la congestión asociada a un mayor número de desplazamientos privados, probablemente más muertes en carretera y una mayor contaminación acústica, lumínica y atmosférica.
Más de la mitad de los viajeros de Canadá, Estados Unidos y Reino Unido afirmaron que la asequibilidad era el factor más importante a la hora de elegir un medio de transporte, según una encuesta realizada por Oliver Wyman Forum en octubre de 2022. La accesibilidad y la seguridad empataron como segundo factor más importante.
Se propone como ejemplo el sistema de transporte público de Helsinki, que es cómodo y asequible. Es multimodal y ofrece viajes en autobús, tranvía, metro, tren y ferry. Una aplicación de planificación de viajes, creada por una start-up local, integra y conecta cada uno de estos modos de transporte. Un billete sencillo cuesta poco más de tres dólares y puede utilizarse en cualquier medio de transporte.
Tokio, que ocupa el séptimo lugar en el ranking de transporte público, tiene previsto mejorar su red con más autobuses que conecten el centro de la ciudad con la zona ribereña a través del Bus Rapid Transit, reduciendo los tiempos de viaje e incrementando la comodidad.
Europa sigue a la cabeza de la movilidad sostenible
Cada vez son más los gobiernos, ciudades y empresas de movilidad que se comprometen con la movilidad neta cero, lo que genera importantes implicaciones para los residentes urbanos y los viajeros. Esta segunda edición del subíndice de Movilidad Sostenible mide la medida en que las ciudades están dando ese giro hacia una movilidad más ecológica.
Europa, y en particular las ciudades escandinavas, ocupan ocho de los 10 primeros puestos. Ofrecen un paquete completo de electrificación y acceso al transporte público, y fomentan enérgicamente formas más físicas de movilidad, como los desplazamientos a pie y en bicicleta.
Oslo, a menudo llamada la capital mundial del VE, lidera esta tabla por segundo año consecutivo, pues cuenta con una densa red de estaciones de recarga y ofrece un amplio paquete de incentivos a los propietarios de VE, como tarifas de peaje más baratas y acceso prioritario a determinadas carreteras. Oslo cuenta con tantos conductores de vehículos eléctricos que el gobierno municipal ha empezado incluso a suprimir algunos incentivos, como el aparcamiento gratuito, porque ya no son necesarios.
Aparte de la brillante reputación de Oslo en materia de VE, hay otros dos factores importantes que contribuyen al éxito de su movilidad sostenible: políticas con impacto social, como las zonas sin coches, que a su vez ayudan a reducir la contaminación lumínica y la congestión, y un sistema de transporte público sólido y asequible.

