En dicho evento, que contó con más de 600 técnicos de todo el país, se convino que las carreteras del futuro serán la conjunción de tecnología y respeto ambiental, pero también de seguridad vial, para lo que es necesaria la transformación digital, el reto medioambiental y la disminución de la siniestralidad basada en la aplicación del Sistema Seguro.
El Congreso fue clausurado por la consejera andaluza de Fomento, Marifrán Carazo, quien cifró en 925 millones de euros los que la Junta destinará a la mejora del patrimonio viario regional durante la presente legislatura, añadiendo que 576 millones ya se han ejecutado en obra nueva, conservación y seguridad vial, y que los 349 millones restantes serán invertidos entre 2022 y 2023.
Mirada al futuro
Carazo ahondó en la necesidad de apostar por modelos de colaboración público-privada para impulsar proyectos que dinamicen la economía y generen empleo en el sector de las infraestructuras. Del mismo modo, el presidente de la Asociación Española de la Carretera, Juan Francisco Lazcano, puso de manifiesto el optimismo para abordar la reflexión sobre cómo serán las carreteras de la próxima generación, destacando las fortalezas de las infraestructuras viarias como factor dinamizador de la economía y el progreso, así como el papel que están llamadas a desempeñar en la movilidad del futuro.

