La quiebra de la bolsa de criptomonedas FTX elevó la incertidumbre, en las últimas semanas del año pasado, sobre las monedas digitales y la tecnología en la que se basan, denominada blockchain. Para Lyon, es lamentable que lo que parece ser un fracaso significativo de la gobernanza empresarial básica, pueda ser confundido por los medios de comunicación como una prueba de que las criptomonedas son estafas y, por lo tanto, también lo es la tecnología blockchain.
Esto es comprensible, pero erróneo, porque el blockchain es un sector de la tecnología que aún se encuentra en las primeras fases de evolución y, como todas las tecnologías, mejorarán y acabarán teniendo éxito o no por méritos propios. También merece la pena entender lo que no es el blockchain… No sustituye a las bases de datos centralizadas existentes, no es fácil de implementar, no es Bitcoin ni ninguna otra criptomoneda, pero es la tecnología que sustenta las criptomonedas. Es la tecnología que permite la creación de redes de confianza sin permisos, mediante un mecanismo general utilizado en las cadenas de bloques para validar las transacciones, como es el consenso.
Por consenso
Las blockchains se basan en un número de ordenadores que resuelven problemas algorítmicos de forma independiente y luego comparten los resultados. Suponiendo que un número suficientemente grande de sistemas independientes estén de acuerdo, hay consenso y la transacción se registra en la cadena. Existen varios mecanismos de consenso utilizados por las distintas cadenas (Proof of Work (PoW), Proof of Stake (PoS) y PoS delegado), pero todos funcionan para verificar y confirmar las transacciones.
Debido al enorme número de ordenadores independientes necesarios para lograr el consenso, intentar subvertirlos es muy caro, ya que o bien hay que reunir una enorme cantidad de potencia de cálculo (Proof of Work) o reunir una participación extremadamente grande (Proof of Stake). Debido a estos desafíos prácticos, a todos los efectos estas redes son inherentemente «fiables» y «de confianza».
Por lo tanto, Lyon afirma que cualquier dato o información que se registre en una blockchain es esencialmente inmutable y puede servir como referencia fiable, lo que tiene gran importancia en las cadenas de suministro, en las que numerosas organizaciones deben facilitar información sobre sus operaciones y obtener certificaciones normativas de otras organizaciones para futuras asociaciones o relaciones comerciales. Muchas de sus actividades requieren la duplicación repetitiva de certificaciones, licencias, permisos de construcción, etc. Al registrar gran parte de esta información en un escenario de conformidad con las normas mundiales, se evitarían los costes relacionados y se acelerarían muchos de los procesos necesarios antes de que las operaciones puedan llevarse a cabo.

