Así se pronuncia el JRC para añadir que la resiliencia del transporte es también un objetivo polifacético. La definición general de resiliencia, como preservación frente a los peligros y recuperación de la función tras una perturbación, se aplica a todos los modos y funciones de transporte. Sin embargo, para alcanzar la resiliencia organizativa y operativa, el concepto debe adaptarse a diferentes contextos. Esta adaptación tiene en cuenta la naturaleza y la escala de la función o el sistema de transporte, así como la naturaleza y la escala de la perturbación.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, los proyectos de investigación e innovación de la UE se ocupan de los diferentes aspectos de la resiliencia:
– Resiliencia operativa a nivel de embarcaciones, para la aviación y el transporte marítimo y fluvial, garantizando un funcionamiento seguro y la consecución de la misión frente a perturbaciones individuales a escala del buque, como las condiciones meteorológicas, las averías y el tráfico. En este sentido, la resistencia está muy relacionada con la seguridad, y se investiga a través del diseño avanzado de cabinas y puentes de mando, ayudas a la navegación de pilotos y tripulación, y sistemas de información y alerta temprana. Los esfuerzos se dirigen a transferir los conocimientos y prácticas de la aviación al transporte acuático.
– Planificación y resiliencia de la gestión del tráfico a nivel de nodos y redes, y gestión de crisis: en el caso de la aviación y el ferrocarril, las perturbaciones de cualquier naturaleza pueden tener efectos en espiral, con retrasos y cancelaciones que se propagan de un nodo a otro. Los proyectos de investigación e innovación se dedican a utilizar la IA para anticipar, identificar y predecir la evolución de las perturbaciones y sus repercusiones, así como sistemas de planificación e información en tiempo real que permitan minimizar el impacto y acelerar la recuperación cuando se produzcan perturbaciones.
Conducción autónoma
En cuanto al transporte por carretera automatizado, se investiga la gestión integrada del tráfico. Estos trabajos contribuyen a garantizar la conectividad mínima exigida por el Plan de Contingencia y los objetivos de integración multimodal.
– Resiliencia de las infraestructuras físicas de superficie: para el transporte ferroviario, fluvial y por carretera. Frente a los efectos del envejecimiento, la intensificación del uso y los daños ambientales, los proyectos financiados por la UE se dedican a sistemas avanzados de sensores y vigilancia del estado de salud de las infraestructuras, para lograr un mantenimiento, sistemas de alerta y redistribución de caudales eficientes en tiempo y coste. Las últimas convocatorias pretenden aumentar la resistencia operativa del transporte por vías navegables interiores.
– Resiliencia de la infraestructura digital: en todos los ámbitos del transporte, la automatización requiere un sólido funcionamiento de los sensores y las TIC en las comunicaciones, la informática en la nube y las interfaces hombre-máquina. Para el transporte por carretera automatizado en concreto, el esfuerzo se dirige hacia unas telecomunicaciones robustas para la gestión integrada del tráfico.
– Material rodante y resistencia de la flota: al igual que para las infraestructuras, los proyectos proponen soluciones innovadoras para detectar daños y controlar el estado de salud de los vehículos. El mantenimiento predictivo redundará en beneficio de la eficiencia, la seguridad y la resistencia del transporte.
Ciberseguridad
– Resiliencia de las infraestructuras críticas y ciberseguridad: frente a las amenazas de origen humano, tanto físicas como cibernéticas, sobre las infraestructuras críticas de transporte y las infraestructuras TIC, la investigación y la innovación se centran en el desarrollo de marcos de evaluación y gestión de riesgos, técnicas de detección, sistemas TIC robustos y estrategias de reacción cuando las amenazas se materializan.
– Resiliencia de la movilidad urbana: a escala urbana, la resiliencia abarca todos los modos de transporte implicados, sus funciones y subsistemas, así como cualquier tipo de perturbación. Los proyectos identificados en este tema se dedican a la gestión del conocimiento, la colaboración y el desarrollo de marcos de gestión de la resiliencia. Un aspecto crítico para la gestión de la resiliencia es la supervisión de todo el sistema de transporte y los flujos de movilidad urbana.

