Ya hemos hablado de su tipología y duración, pero los autores Viki Keckarovska y Shruti Sasidharan también quieren señalar que los contratos cerrados y los contratos híbridos son las formas predominantes de relación contractual: el 50% de los encuestados declara tener contratos híbridos que contienen elementos de precio fijo y variable, mientras que el 40,9% de los encuestados declara tener contratos a precio cerrado.
Según el estudio, la ventaja de un contrato híbrido radica en que el elemento de coste fijo es conocido y los elementos de precio variable se basan en volúmenes reales. Los cargadores y sus clientes deben definir los precios tanto de la parte fija como de la variable y ponerse de acuerdo sobre cómo se ajustarán a medida que cambien el volumen y la capacidad durante la vigencia del contrato.
Algunas empresas de software han empezado a experimentar con herramientas dinámicas de fijación de precios de coste incrementado, las cuales hacen posible que los cargadores lleguen a beneficiarse de precios en tiempo real y previstos por IA, en lugar de basarse en tendencias históricas de precios, lo que es típico de un modelo tradicional de coste incrementado. Transfix es un ejemplo, y la empresa afirma que la solución puede beneficiar tanto a cargadores como a transportistas con rutas en mercados estacionales y con volumen esporádico.
Precio cerrado
Los contratos cerrados pueden ofrecer márgenes elevados si los volúmenes son fuertes, pero un rendimiento de la inversión mucho menor, así como un riesgo mayor. Los contratos abiertos suelen ofrecer márgenes muy reducidos a las empresas de logística, ya que no asumen grandes riesgos. Sin embargo, no tienen que invertir en activos, lo que significa que, aunque los márgenes de beneficio sean escasos, el rendimiento del capital invertido es alto.
La elevada proporción de encuestados con contratos predominantemente de este tipo parece sorprendente, a juicio de los autores. Esto se explicaría de la siguiente manera: Los contratos con tarifas estáticas (en los que tanto cargadores como transportistas incumplen con frecuencia sus compromisos) son muy perjudiciales para la confianza y las relaciones entre cargadores y transportistas. El objetivo último de los contratos es la asignación de riesgos y los contratos de pedidos cerrados con precios estáticos pueden poner en desventaja tanto a cargadores como a transportistas, porque no asignan los riesgos de forma óptima.
Por todo ello, los contratos a largo plazo y precio fijo podrían quedar cada vez más obsoletos a medida que cambien las redes de las compañías y los mercados fluctúen entre el exceso y la falta de capacidad. Así, en el futuro podríamos asistir a una evolución hacia contratos de precios más dinámicos, en los que los contratos anuales podrían utilizarse cada vez más como referencia en lugar de condiciones permanentes e inmutables, y podrían incluir una estructura de precios contractuales más dinámica, se indica para concluir.

