La definición de medidas basadas en un PMUS garantiza que los retos y las opciones se entienden de forma sistemática, ya que la movilidad urbana requiere un enfoque integral. Es importante pensar y actuar basándose en una combinación de medidas, que se complementen entre sí.
Ciertas combinaciones de medidas o enfoques han demostrado en muchos casos diferentes que reducen las emisiones relacionadas con el transporte. Se trata de las denominadas «grandes palancas». Algunos enfoques han demostrado ser más eficaces que otros. Su eficacia puede maximizarse si forman parte de una estrategia global más amplia, como un PMUS.
Por ello, se proponen siete enfoques, comunes a la mayoría de las ciudades, que se considera que tienen un importante impacto en la reducción de las emisiones de carbono y que pueden aplicarse mediante decisiones locales. Su eficacia depende tales decisiones, por lo que los enfoques no deben considerarse como una lista de comprobación, ya que las realidades locales difieren.
Reorganización del espacio
Este enfoque pone de relieve medidas de reorganización del espacio urbano hacia modos que contribuyan a la descarbonización del transporte, así como otras medidas que contribuyan a un cambio a largo plazo en el movimiento de las personas y su compromiso con el espacio público.
Aunque la reorganización del espacio pueda parecer secundaria derivada de otras medidas de movilidad, también puede actuar como catalizador o tener un efecto complementario sobre medidas específicas.
Por ejemplo, la reasignación del espacio urbano desde el uso del coche a los modos activos puede ser tanto un resultado de la restricción del uso del coche como un medio para restringirlo.
Mejora del transporte público / colectivo
Este enfoque subraya la necesidad de medidas para maximizar el potencial del transporte público local creando un servicio accesible que sea una alternativa rápida, fiable y cómoda al coche privado. También destaca la necesidad de un transporte colectivo adicional a través de medidas de movilidad compartida y a la demanda, al tiempo que se planifica la restricción del uso del vehículo privado. Para que el transporte público colectivo contribuya a la descarbonización de la movilidad, todos los modos de transporte deben integrarse en la planificación, desde los autobuses hasta las opciones compartidas para cubrir las carencias de la oferta. El transporte público y colectivo debe seguir siendo la columna vertebral de la movilidad en las ciudades y su región. Esto suele funcionar mejor si se pone en combinación con el siguiente punto sobre el uso del coche privado.
Facilitar la movilidad activa
Este planteamiento pone de relieve las medidas para que la gente abandone el coche y se desplace a pie o en bicicleta. Abarca varios temas, como infraestructuras para los modos activos. Los modos activos son parte esencial de todos los desplazamientos, por lo que es fundamental una movilidad activa para lograr sistemas de movilidad integrados y garantizar su adopción en detrimento de los modos contaminantes. La movilidad activa es una forma sencilla de conseguir la descarbonización de la movilidad, además de contribuir a la reducción del ruido y a incrementar los niveles de actividad física recomendados para la salud y el bienestar personales. También hace que los sistemas de movilidad urbanos sean más inclusivos, ya que puede reducir las desigualdades gracias a su accesibilidad, asequibilidad y equidad social.

