Según Viki Keckarovska y Shruti Sasidharan, responsables del análisis resultante de la encuesta, la duración de los contratos varía entre los cargadores: casi dos tercios firman contratos de 1-2 años con sus socios transportistas, mientras que los contratos plurianuales son utilizados por alrededor de un tercio de los cargadores.
Los cargadores tienen una mezcla de diferentes duraciones de contrato y la proporción de cada uno varía según el tipo de compañía.
La mayoría de los cargadores declararon que la duración media de sus contratos es de 1-2 años (62,8%), mientras que alrededor de un tercio de los cargadores tienen contratos plurianuales de mayor duración (+3 años).
La necesidad de una mayor flexibilidad para adaptarse a las cambiantes condiciones del mercado parece estar empujando a los cargadores hacia contratos a medio plazo de 1-2 años.
Según una entrevista con Brian Bourke, director comercial de Seko Logistics, publicada en Loadstar, aunque las relaciones con los transportistas pueden ofrecer soluciones rápidas a los problemas, no son una vía automática para los compromisos a largo plazo. Bourke opina que las condiciones actuales del mercado dificultan que los cargadores adquieran compromisos a largo plazo, añadiendo que los contratos a largo plazo no son tan frecuentes ahora como antes de la pandemia.
Según Tim Robertson, CEO de DHL Global Forwarding Americas, DHL también está reteniendo los contratos a largo plazo. Robertson declaró para Loadstar que la empresa es muy conservadora a la hora de firmar acuerdos a largo plazo si no implican la capacidad de su red.
Las tendencias se confirman
Los resultados de la encuesta parecen corroborar en cierta medida esta tendencia señalada anteriormente por las empresas de logística.
En comparación con 2022, la cuota de cargadores con una duración media de contrato de 1-2 años ha aumentado en 7,1 puntos porcentuales. Sin embargo, la cuota de cargadores con una duración media de contrato de +3 también ha aumentado aunque en menor medida (3,3 puntos porcentuales).
Además, los resultados de la encuesta muestran que la proporción de contratos de corta duración (menos de un año) ha disminuido sustancialmente, del 12% al 2,3%, en comparación con el año pasado. Esto se debe al exceso de capacidad en el mercado, lo que no ocurría en el pasado.
La incidencia de la pandemia
Durante el periodo Covid-19, muchos transportistas optaron por contratos a largo plazo para establecer flujos de ingresos fiables y evitar perder la oportunidad de aumentar las tarifas de flete a corto plazo en el mercado al contado.
La firma de contratos a largo plazo, de uno a cinco años de duración, a precios que a menudo representaban un tercio de las tarifas al contado del mercado, supuso la inversión de importantes sumas de dinero.
Los contratos a largo plazo eran utilizados por otras industrias, como las aerolíneas y las empresas energéticas, para controlar la incertidumbre de los precios. Por lo tanto, no se puede confiar en los contratos de estos sectores. Así, teniendo en cuenta el efecto de la incertidumbre de los precios, es aún más sorprendente que no exista una contratación fiable cuando se trata del transporte marítimo de contenedores debido a las características del sector que lo hacen vulnerable al descuento de precios. Este escenario se explica por el bajo porcentaje de encuestados que reservaron contratos por menos de un año.

