Las ventas de los distribuiores españoles de recambios para vehículos industriales están reflejando buenos datos de crecimiento, superiores a la media de la actividad de la economía del país. Así lo refleja el informe trimestral de evolución del sector elaborado por la Asociación Española de Posventa para Vehículo Industrial (Aervi), que muestra que, al igual que los dos anteriores, el tercer trimestre vuelve a mejorar los datos del año anterior, concreamente en un 6%.
Esto, no obstante, supone un crecimiento más moderado que el visto hasta ahora, que había sido del 14% y del 12% en el primer y segundo trimestre respectivamente. Sigue sin embargo un dato alentador, ya que el 91% de los recambistas consultados durante este estudio han reconocido que sus ventas han mejorado durante el periodo comprendido entre julio y septiembre.
En términos generales, a lo largo de los nueve primeros meses del año el sector ha experimentado un crecimiento del 8% con respecto al mismo periodo del año 2022, con un 93% de profesionales asegurando haber experimentado una mejora en sus cifras. Esta tendencia hace que se espere cerrar el año con un 7% de crecimiento, algo menor de lo esperado tras los grandes resultados de los primeros ejercicios pero todavía notable en comparación al año pasado.
«En el actual contexto económico global, con una desaceleración progresiva de la economía española y algunos síntomas de debilidad en el transporte de mercancías, la actividad de los distribuidores de recambio de vehículo industrial mantiene buena parte del dinamismo con la que comenzó el año» comenta Miguel Ángel Cuerno, presidente de Aervi. «Habrá que estar pendientes de lo que ocurra en este último trimestre de cierre de ejercicio y confiar en que el parque de vehículo industrial que acude al taller multimarca, del que dependen las ventas del recambio independiente, mantenga sus tasas de movilidad y necesidades de mantenimiento y reparación».
Expectativas para el futuro
Este informe establece también una previsión para 2024, según la cual espera un crecimiento del 4%. Esto representaría un 3% menos que este año si se mantiene la previsión del 7%, un descenso que puede deberse a los distintos retos que afronta el sector y que también son recogidos en el análisis, como son la inflación y el suministro, la incertidumbre en la economía, la sostenibilidad, el acceso a los datos e información técnica del vehículo, y la digitalización. La capacidad para dar respuesta a estas dificultades determinará si se cumple dicha expectativa o si puede mejorarse.
