Entre las conclusiones del resumen ejecutivo se apuntan varias ideas a considerar, empezando por el escaso plazo de tiempo que nos queda para cumplir el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global muy por debajo de 2ºC respecto de los niveles preindustriales, en parte debido a que, pese a los esfuerzos de algunas regiones por descarbonizarse, las emisiones del Transporte no disminuirán lo suficientemente rápido, ya que la demanda de transporte crecerá en los próximos años.
En ese sentido, y poniendo la vista en 2050, se espera que la demanda de pasajeros aumentará un 79% en el escenario de Ambición Actual y la demanda de mercancías casi se duplicará, mientras que, en un escenario de Alta Ambición en las medidas a poner en práctica, los aumentos equivalentes serán del 65% y el 59%, bastante elevados en cualquier caso.
Los legisladores deben utilizar las herramientas a su disposición para garantizar que las tecnologías y los combustibles con bajas o nulas emisiones de carbono se amplíen hasta ser competitivos en costes, se apunta desde ITF.
Bajas y nulas emisiones
En el caso del transporte por carretera (y también el ferrocarril), las tecnologías con bajas y cero emisiones de carbono requieren un despliegue a gran escala de esos combustibles alternativos, mientras que en los sectores marítimo y aéreo, el desarrollo de combustibles sostenibles y asequibles, en cantidades suficientes, será crucial para la descarbonización a largo plazo.
En este sentido, el transporte público y el transporte colectivo ofrecen grandes oportunidades para avanzar hacia los desplazamientos con cero emisiones. Pero será esencial una integración de modos de transporte, incluidos los viajes compartidos, los vehículos compartidos y las infraestructuras para caminar y montar en bicicleta.
Los vehículos privados en las zonas urbanas seguirán siendo un 36% a mitad de siglo
El escenario más ambicioso plantea que los vehículos privados motorizados en las zonas urbanas se reducirán del 49% en 2019 al 36% en 2050, lo que significaría un éxito relativo en las políticas para que los pasajeros opten por modos sostenibles. Por el contrario, alrededor del 50% de los desplazamientos regionales seguirán realizándose en coche en 2050, incluso con políticas ambiciosas.
También queda claro que los viajes de larga distancia son especialmente difíciles de descarbonizar, tanto para pasajeros como para mercancías, por lo que la vía hacia la sostenibilidad pasará necesariamente por la reducción de la intensidad de carbono del viaje.

