Los retos a los que se enfrentan los ciudadanos con escasos conocimientos informáticos y los que tienen un acceso limitado a internet suelen ir de la mano.
Continuando con lo apuntado ayer, el Covid-19 ha acelerado la digitalización de la sociedad, poniendo en línea muchos más servicios esenciales (por ejemplo, Administración pública, sanidad, educación, etc). Si las autoridades consideran que el paso de los servicios en persona a los servicios digitales es una forma de reducir la necesidad de transporte para acceder a dichos servicios, esto puede dar lugar a un menor nivel de acceso a los servicios para las personas excluidas del uso de los servicios digitales y que ya sufren aislamiento digital.
La proporción de personas con escasos conocimientos informáticos parece estar disminuyendo. Por ello, aunque hoy en día es un problema importante en la red de transportes, muchas fuentes prevén que irá perdiendo importancia. A menudo se habla de la alfabetización informática en el contexto de la edad y, aunque puede haber una clara división por edades en las condiciones actuales, la familiaridad con la tecnología está más relacionada con la generación a la que pertenece una persona que con su edad (es decir, la edad en sí no es causa de una baja alfabetización informática; la alfabetización informática es un problema que afecta a los adultos mayores, pero no está impulsada en sí misma por la edad).
Aclarando conceptos
La cronología de la introducción o proliferación de una tecnología concreta en relación con las distintas generaciones es más determinante para saber si una persona se sentirá cómoda con esa tecnología. Al comprender esta distinción entre edad y generación con respecto a la alfabetización informática, y si las definiciones actuales de alfabetización informática se mantuvieran constantes, podría preverse que las diferencias en la alfabetización informática se reducirían con el tiempo a medida que las generaciones más jóvenes y con más conocimientos tecnológicos se convirtieran en las generaciones de más edad.
Sin embargo, se deben tener en cuenta dos consideraciones clave antes de asumir que las brechas en la alfabetización de TI serán cosa del pasado. Esta suposición se basa en que la tecnología y los contextos para la alfabetización digital en el futuro se parecerán mucho al presente; para un campo que valora todas las cosas «perturbadoras», la coherencia entre el presente y el futuro puede no ser una suposición sólida. La segunda consideración es el surgimiento de lo que la investigación identifica como una segunda brecha digital, lo que sugiere que, a pesar de la reputación que tiene la generación más joven como ‘nativos digitales’, el acceso y las habilidades aún varían en función de factores demográficos, como el género, la edad, los ingresos, empleo y discapacidad.
Además, el acceso a Internet varía según las diferentes áreas y grupos socioeconómicos, y el nivel en el que la tecnología se integra en la educación también varía significativamente, a veces debido a diferencias a nivel nacional/político y otras veces de escuela a escuela. Por lo tanto, aunque la alfabetización en TI es deficiente y no se verá igual en el futuro que en la actualidad, es muy plausible que haya diferentes brechas en la capacidad tecnológica a medio y largo plazo.

