La contaminación del aire se identifica como el primer riesgo medioambiental para la salud en Europa, responsable de unas 300.000 muertes prematuras cada año. En septiembre de 2021, la Organización Mundial de la Salud publicó sus Pautas actualizadas sobre la calidad del aire (la versión anterior era de 2005), estableciendo una guía clara sobre qué estándares de calidad del aire deben garantizarse para proteger la salud de las personas y el medio ambiente de la contaminación del aire.
En 2021, la Comisión Europea publicó su Plan de Acción de Contaminación Cero (ZPAP), anunciando varias iniciativas clave para reducir la contaminación del aire en origen y la revisión de las Directivas de Calidad del Aire Ambiental, que hoy establecen estándares mínimos de calidad del aire de la UE que todos los Estados miembros deben alcanzar y mantener.
Los estándares existentes de la UE son mucho más indulgentes que lo que la OMS recomendó en sus recientes Directrices de 2021 e incluso en comparación con el documento de la OMS de 2005. Aun así, muchos Estados miembros no las cumplen, y la salud de los ciudadanos de la UE y nuestro medio ambiente están lejos de estar protegidos.
Por eso, y tras la publicación de la propuesta de la Comisión Europea para una Directiva revisada sobre calidad del aire ambiente el 26 de octubre de 2022, el Consejo, guiado por la Presidencia española, desempeñará un papel fundamental para garantizar que la revisión cumpla tanto en términos de ambición: la necesidad de lograr Las Directrices de calidad del aire de la OMS y la definición de estándares de calidad del aire y los requisitos de monitorización para contaminantes adicionales, y el marco propicio, evitando flexibilidades, lagunas y estableciendo disposiciones claras sobre sanciones y compensación si se infringe la ley.
La comunidad internacional
También es necesario tomar decisiones importantes a nivel internacional, en el marco del Convenio de la CEPE sobre contaminación atmosférica transfronteriza a gran distancia, a saber, la revisión necesaria del Protocolo de Gotemburgo.
Por tanto, desde EBB se efectúa un llamamiento a la Presidencia española para que:
- Promover el compromiso de los Estados miembros hacia una revisión ambiciosa de las Directivas sobre calidad del aire ambiente mediante:
- Promover la plena alineación de las normas de calidad del aire de la UE con las Directrices de la OMS y cumplirlas para 2030 convirtiéndolas todas en valores límite, incluidos los del ozono;
- Apoyar la definición de estándares adicionales de calidad del aire y requisitos de monitoreo para contaminantes que no están cubiertos por las Directrices de la OMS, incluido el carbón negro, las partículas ultrafinas y el amoníaco (para los cuales ya existe evidencia en el contexto europeo);
- Garantizar la definición de un marco propicio sólido y coherente dentro de la nueva Directiva de calidad del aire: los valores límite deben ser la herramienta impulsora, junto con el establecimiento de requisitos de seguimiento claros y disposiciones audaces sobre acceso a la información, acceso a la justicia, sanciones e indemnizaciones;
- Reconociendo el papel destacado que debe tener la ciencia en comparación con las noticias falsas y los arreglos políticos a corto plazo;
- Escuchar la llamada de la sociedad civil para una acción firme, integral y creíble para reducir la contaminación del aire;
- Comprometerse a priorizar el trabajo sobre calidad del aire, y la revisión de las Directivas de Calidad del Aire Ambiente, en la agenda de Presidencia.

