«Nuestras empresas asociadas que realizan transporte de carburantes achacan estas esperas a la falta de mantenimiento de las instalaciones de Exolum en el Valle de Escombreras, lo que ha provocado que haya calles y brazos de carga rotos o no operativos», señalan.
Como ejemplo, hace unas tres semanas se averió una de las bombas y la compañía tardó una semana en repararla, lo que se tradujo en tiempos de espera de cuatro horas para realizar la carga. A estos problemas hay que sumar pequeños desperfectos que se van acumulando y que aumentan la sensación de dejadez, como la existencia de charcos de combustible o el borrado de los números en el teclado en el que se ordena la cantidad a cargar.
Las empresas de transporte de combustible han tenido que rechazar pedidos y perder clientes
De hecho, los transportistas llevan casi dos meses en los que los tiempos de demora no solo se han duplicado, sino que incluso han acumulado hasta dos horas de espera para poder realizar la carga. Debido a esta situación, las empresas de transporte de combustible han tenido que rechazar pedidos y perder clientes por no poder atenderlos en tiempo. Incluso, algunas estaciones de servicio han sufrido desabastecimiento de carburante durante varios días, debido a los retrasos.
En el transporte de combustible es el conductor el que carga los graneles líquidos en el vehículo, a través de unos brazos unidos a una bomba de gran potencia, que permiten llenar una cisterna en unos 20 minutos. Normalmente, en fechas señaladas como Navidad o los puentes festivos, aumenta la demanda y se producen esperas debido al mayor número de vehículos para realizar la carga.
Sin embargo, «las demoras de las últimas ocho semanas no se deben a esta circunstancia, lo que ha hecho saltar las alarmas en las empresas de transporte en cisternas, que temen un desabastecimiento más extendido, ante el aumento progresivo que se prevé en la demanda del gasóleo de calefacción y la cercanía del puente de la Constitución», explican.
