Así lo recoge Busworld, aportando unas declaraciones de Jonas Bergström, director comercial de la división de autobuses y autocares de Dafo Vehicle Fire Protection, quien señala que, según la normativa, no es obligatorio que los vehículos sin motor de combustión (como los eléctricos) estén equipados con sistemas automáticos de extinción de incendios. Este experto, de una compañía que ya ha confirmado su presencia en la feria belga del año que viene, añade que existe un peligro potencial y analiza cómo los operadores pueden reducir estos riesgos de forma eficaz.
El Reglamento 107 no aborda los riesgos de incendio asociados a los vehículos eléctricos (VE), ni el elemento de riesgo eléctrico de los vehículos híbridos (VEH). Estos vehículos, que suelen funcionar con baterías de iones de litio (li-ion), presentan riesgos considerablemente diferentes a los de los vehículos tradicionales con motor de combustión. Jonas Bergström subraya que, en caso de producirse un incendio, un sistema externo y la función de extinción manual tendrán que funcionar conjuntamente, lo que puede aumentar el riesgo de propagación del fuego y prolongar los periodos de inactividad.
Refiriéndose a los riesgos potenciales que plantean los VE y los VEH, el Reglamento 100 de la CEPE (Construcción y seguridad de los grupos motopropulsores eléctricos) recomienda un sistema de alerta temprana para actuar en caso de fallo de la batería y/o de su sistema de almacenamiento de energía eléctrica recargable (REESS). De acuerdo con el Reglamento 100, para detectar un posible fallo de la batería en la fase más temprana posible, se pueden utilizar sistemas de extinción de incendios como dispositivo de seguridad adicional para liberar un agente refrigerante que minimice el riesgo.
El riesgo más común asociado a las baterías de iones de litio es el desbordamiento térmico. En este caso, un mal funcionamiento de las celdas de una batería (como resultado de una sobretensión, un daño físico, un sobrecalentamiento o una sobrecarga) provoca un rápido aumento de la temperatura, que puede genera un incendio, emisiones de gases tóxicos y grandes explosiones. Una vez que el desbordamiento térmico está en marcha, cualquier apagado automático del sistema no extinguirá su avance, el fuego puede tardar días o incluso semanas en extinguirse por completo utilizando cantidades excesivas de agua. Para hacer frente al desbordamiento térmico, se puede utilizar un sistema de alerta temprana de incendios, apoyado por la refrigeración puntual, para detectar el desbordamiento térmico antes de que se produzca, al tiempo que se localiza y suprime el riesgo de incendio.
Más vale prevenir
Una diferencia clave es la localización de los riesgos potenciales. En el caso de los vehículos con motor de combustión interna (ICE), éstos se encuentran generalmente en el compartimento del motor. Sin embargo, en el caso de los vehículos eléctricos y de alto voltaje, hay una serie de zonas de riesgo adicionales, por lo que es necesario establecer más zonas de protección.
El Instituto de Investigación de Suecia (RISE) ofrece una evaluación de la gestión del riesgo de incendio, que puede utilizarse como guía para minimizar el riesgo de los autobuses y autocares eléctricos. Incluye identificación del peligro; estimación del riesgo; evaluación del riesgo; reducción del riesgo. Los riesgos que deben abordarse se traducen en un plan de acción, que estipula las medidas adecuadas de reducción de riesgos, como: Minimización o eliminación de riesgos mediante el diseño; Sistemas de protección contra incendios activos y pasivos; Mejora de los procedimientos de mantenimiento y limpieza; Mejora de los procedimientos de formación y calidad.

