El sector denuncia requisitos “inviables” que han dejado sin ejecutar el 94% del presupuesto previsto
Las ayudas lanzadas por el Ayuntamiento de Madrid para fomentar el achatarramiento de autobuses contaminantes han resultado en un rotundo fracaso, según denuncian las principales asociaciones del sector. De los 200.000 euros previstos en la convocatoria de 2025, solo se ha aprobado una solicitud, por valor de 12.000 euros, lo que supone apenas un 6 % del crédito total disponible.
El programa estaba destinado a empresas de transporte público discrecional y transporte privado complementario, con el objetivo de promover la retirada de vehículos antiguos para su renovación por otros más sostenibles. No obstante, las organizaciones representativas —Fenadismer Bus, Aetram, Aemav y Confebus-Madrid— señalan que los criterios excesivamente restrictivos han impedido que la gran mayoría de las empresas puedan acceder a estas ayudas.
Restricciones contradictorias con el objetivo ambiental
Uno de los puntos más criticados es la exigencia de contar con la ITV en vigor en el momento del achatarramiento, un requisito ya eliminado en otros programas estatales por ser contraproducente: obliga a las empresas a realizar reparaciones costosas en vehículos que van a ser retirados. “Es una barrera innecesaria y contraria al objetivo de sacar de circulación los vehículos más contaminantes”, afirman desde el sector.
Además, se exige que el vehículo haya sido dado de baja en la DGT después de la publicación de la convocatoria, que esté al corriente del IVTM en Madrid desde 2022, y otros requisitos formales que muchas pymes no pueden cumplir. Esto ha generado frustración en empresas que, confiando en el anuncio de la convocatoria, achatarraron vehículos sin obtener la ayuda, viéndose perjudicadas económicamente.
El Sector pide reformular la convocatoria y abrir el diálogo
Las asociaciones exigen al consistorio tres medidas urgentes:
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Reformular las bases de futuras convocatorias, adaptando los requisitos al objetivo real de la ayuda: retirar vehículos contaminantes y apoyar la renovación de flotas.
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Establecer un canal de diálogo técnico con el sector, a través del Comité Madrileño de Transporte, para diseñar convocatorias viables y eficaces.
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Buscar soluciones para las empresas afectadas, que han quedado sin vehículo y sin subvención pese a haber apostado por una movilidad más sostenible.
«No tiene sentido que, en plena transición ecológica, el presupuesto para retirar autobuses contaminantes termine sin ejecutarse«, concluyen las asociaciones, que se muestran dispuestas a colaborar para garantizar que estas ayudas lleguen realmente a quienes pueden generar un impacto positivo en la movilidad y la calidad del aire de Madrid.




