Y la pregunta que surge es por qué no son todos los operadores, en todas las ciudades. Es una tecnología conocida, testada y no demasiado cara de implantar. Y, sobre todo, es mucho más fácil de utilizar por parte del usuario, especialmente para el que está de visita, sea del mismo país o de otro cualquiera.
Al llegar a una ciudad, por motivos turísticos o profesionales, la utilización del transporte público debería ser una opción a considerar. En ocasiones, y teniendo en cuenta las congestiones de tráfico, incluso es una posibilidad más rápida (sin mencionar sus ventajas de coste) para desplazarse desde el aeropuerto al centro de la ciudad, o desde las estaciones de tren o autobús hasta el hotel.
Fácil e intuitivo
También, hoy en día, el viajero suele consultar la información relacionada con el transporte público antes de llegar, conociendo así el título que necesita e, incluso, obteniéndolo con antelación.
Pero todo eso tiene que ser un proceso fácil y natural, porque en caso contrario, supone un evidente freno a la promoción del transporte público. No poder utilizar el pago con la tarjeta bancaria, no disponer de los horarios o las conexiones, requerir una tarjeta que sólo se pueda obtener en destino, la imposibilidad de pagar a bordo Estas prácticas siguen existiendo en muchas ciudades, generando un rechazo inmediato a la hora de optar por el transporte público colectivo, como apuntábamos, y haciendo que el privado sea más accesible.
Aquellas urbes que todavía no hayan adoptado estas medidas, deberían ir pensando en hacerlo, y más pronto que tarde.

