Los niveles de congestión seguían siendo inferiores en 2022 en comparación con 2019, para la mayoría de las ciudades analizadas. No obstante, se observa una fuerte tendencia a recuperar los niveles anteriores, debido principalmente a la vuelta gradual a la presencia física en el trabajo. La disminución de la demanda de transporte provocada por las mayores tasas de teletrabajo sigue siendo visible en 2022. Sin embargo, la tendencia implícita en los datos sugiere que la proporción y la frecuencia del teletrabajo están retrocediendo gradualmente a niveles más cercanos (pero aún superiores) a los de 2019. Otras actividades, como el comercio minorista y el ocio, parecen haber vuelto a niveles similares (o superiores) a los de 2019. Las tendencias observadas sugieren que (a menos que se adopten medidas específicas) la congestión volverá pronto a los niveles de 2019 en varias ciudades de la UE.
La variación de los niveles de congestión entre ciudades es elevada, pero el patrón general de su evolución revela una tendencia clara. Si miramos el nivel medio diario de congestión en días laborables (de lunes a viernes) por mes y año, los indicadores alcanzaron su mínimo en abril de 2020, en plena pandemia, y se han ido recuperando gradualmente hasta junio de 2022. La comparación entre septiembre y diciembre de 2021 y 2022 muestra un nuevo descenso de los niveles de congestión, probablemente causado por el aumento de los precios del combustible y la recesión económica del periodo.
Presencialidad
Uno de los principales motores de las fluctuaciones en los niveles de congestión es la presencia en el lugar de trabajo. El teletrabajo puede dar lugar a una reducción de la congestión del tráfico, ya que menos personas se desplazan a su lugar de trabajo durante las horas punta. La comparación de la mediana de la media semanal de congestión en días laborables para las 178 ciudades cubiertas por TomTom, con la mediana correspondiente para el indicador de presencia en el lugar de trabajo de Google pone de manifiesto la correlación y sugiere que un posible aumento continuado de la presencia en el lugar de trabajo puede dar lugar a mayores niveles de congestión del tráfico.

