Los cambios sobre los anuncios a bordo presentan dificultades logísticas
Y es que el texto presenta una definición tan compleja de los servicios de larga distancia (que no se ven afectados por el reglamento), que hace muy complicada su lectura y no es claro sobre si afecta o no a las operaciones de reemplazo de trenes. No obstante, las distinciones existentes en las tarifas ya establecen que algunos servicios de reemplazo de trenes son considerados como locales, lo cual sí los situaría dentro del ámbito de aplicación de la norma.
A su vez, los plazos de cumplimiento para los anuncios a bordo, que incluyen elementos de audio y visual, presentan obstáculos logísticos, especialmente para vehículos más antiguos, pues existen dudas tanto con respecto a la disponibilidad de dichos equipos como sobre la disposición de los operadores a llevar a cabo su instalación. Incluso si acaba siendo instalados, su mantenimiento para estas plantea desafíos adicionales, y de hecho desde el sector se defiende que deberían ser los proveedores de servicios y no los operadores de vehículos los encargados de llevar a cabo estas actualizaciones.
Así todas estas potenciales dificultades para el cumplimiento del reglamento podrían provocar llamados a exenciones, de forma similar a lo que ya ha ocurrido en otras ocasiones con otras normas especiales. Desde el sector advierten de que no abordar estas preocupaciones podría exacerbar las dificultades existentes en los vehículos de reemplazo de trenes, agregando otro obstáculo y dejando que sean las empresas quienes tengan que superarlo de forma individual.

