Cuando se cumplió el 50º aniversario del autobús eléctrico, MAN presentó su Lion’s City E como autobús eléctrico listo para la producción en serie, al tiempo que colgaba en su página web un emotivo recordatorio del que fue su predecesor.
1970 fue un año lleno de acontecimientos: el Apolo 13 regresó sano y salvo a la Tierra tras una misión fallida, los Beatles tomaron caminos distintos y se emitió el primer episodio de la serie policíaca «Tatort» (Escena del crimen) en la televisión alemana. Pero uno de los estrenos más importantes tuvo lugar en una pista de pruebas de Múnich: MAN presentó uno de los primeros autobuses del mundo de propulsión puramente eléctrica para uso urbano: el 750 HO-M10 E.
El potencial de la movilidad eléctrica y sus beneficios para la protección del medio ambiente ya fueron reconocidos por MAN hace 50 años. Pero la idea de un autobús totalmente eléctrico en servicio público se adelantó a su tiempo. Cada vez más personas exigían mejores condiciones urbanas, ya que la creciente «ola de motorización» introducía más ruido y contaminación. Sin embargo, aún no se habían establecido los requisitos políticos y técnicos para el éxito a largo plazo de los autobuses eléctricos, hasta ahora.
Aquel primer eléctrico
MAN, en colaboración con RWE, Bosch y Varta, había desarrollado una alternativa al tradicional autobús de servicio público, que traqueteaba por la ciudad con su motor de combustión. El nuevo autobús eléctrico era más silencioso y ecológico que sus competidores y prometía un futuro mejor.
El primer prototipo del modelo 750 HO-M10 E circuló finalmente por las calles de Coblenza en enero de 1971. MAN y la empresa de transportes de Coblenza habían acordado una serie de pruebas de un año en servicio regular. En el primer autobús eléctrico de MAN podían viajar hasta 99 pasajeros. El 750 HO-M10 E tenía una velocidad máxima de 60 km/h, por lo que podía seguir fácilmente el ritmo de sus competidores con motor de combustión.
Sólo después de 50 kilómetros y hasta tres horas de conducción había que sustituir la batería en una de las estaciones de servicio de RWE. La batería se encontraba en un módulo de remolque que el autobús arrastraba constantemente detrás. La sustitución de la batería sólo duraba siete minutos, por lo que el moderno autobús eléctrico pronto pudo continuar su viaje. En junio de 1971, el autobús eléctrico de MAN había recorrido unos 6.000 kilómetros en servicio regular en Coblenza, sin ninguna avería importante y completamente libre de emisiones.
Tras esta exitosa fase de pruebas, el autobús eléctrico de MAN también demostró su eficacia en los Juegos Olímpicos de 1972 en Múnich. Transportó de forma fiable a los atletas entre el Parque Olímpico y la Villa Olímpica, hasta 20 horas al día. La ciudad de Mönchengladbach también quedó convencida del rendimiento del e-bus de MAN: utilizó estos autobuses eléctricos alimentados por baterías desde 1974 hasta 1979.
La segunda generación del tipo SL-E tenía un módulo de remolque revisado y baterías más eficientes. Gracias a ello, el autobús eléctrico MAN podía recorrer 80 kilómetros con un cambio de batería totalmente automático. Además de Mönchengladbach, las ciudades de Düsseldorf y Frankfurt también introdujeron temporalmente los autobuses eléctricos de MAN en sus redes de transporte público local.
MAN comparte en su web un breve vídeo de cómo funcionaba aquel adelantado a su tiempo.

