Según explica la analista Viky Keckarovska, manteniendo sólo los tipos de cambio constantes, la contracción nominal del mercado transitario alcanzaría el -46,6% al cierre de este ejercicio, una tendencia que se ha visto impulsada por unas tarifas de flete aéreo y marítimo significativamente más bajas en comparación con el periodo del año pasado.
Las causas de estos resultados, calificados por Ti como malos, podrían encontrarse en a la debilidad del mercado transitario marítimo, que se prevé que disminuya un -5,3%. Sin embargo, el transporte aéreo también ha tenido unos resultados menos que deseables, con una contracción del -4,5%.
La oferta y la demanda se contraen, y todavía queda stock
Varios factores han contribuido al declive del mercado de la expedición de carga aérea y marítima en 2023. Por el lado de la demanda, la economía mundial se ha ralentizado y, aunque la resistencia ha sido notable, el crecimiento sigue siendo lento. Según las previsiones de octubre de 2023 del Fondo Monetario Internacional (FMI), la previsión de base es que el crecimiento mundial se ralentice del 3,5% en 2022 al 3% en 2023, explica la autora, añadiendo que el FMI considera que una recuperación total hacia las tendencias anteriores a la pandemia parece cada vez más inalcanzable, especialmente en los mercados emergentes y las economías en desarrollo.
Por otro lado, se aprecia que muchos motores fundamentales de la demanda de carga aérea y marítima, como los volúmenes comerciales y los pedidos de exportación, siguen siendo débiles. Para 2023, la OMC rebajó su previsión de crecimiento del volumen del comercio mundial de mercancías al 0,8%, menos de la mitad del crecimiento del 1,7% que pronosticó el pasado mes de abril.
Múltiples afectados
Y dicha ralentización del comercio en el primer semestre de 2023 parece haber afectado a un gran número de economías y a una amplia gama de mercancías, incluidas ciertas industrias centradas en las importaciones que están impulsando la demanda de servicios de transporte aéreo y marítimo de mercancías, como la siderurgia, los equipos de oficina y telecomunicaciones, los textiles y las prendas de vestir.
Por otro lado, los stocks aún no están totalmente agotados y no es probable que se produzca pronto una recuperación basada en la reposición de existencias. Según las previsiones de la NRF, la relación existencias/ventas se ha estabilizado en los niveles anteriores a la pandemia, lo que no ayudará a un mercado de mercancías ya deprimido.
Por todo ello, Ti espera que lo que queda de 2023 se parezca a la primera mitad, salvo por una temporada alta relativamente pequeña en el cuarto trimestre.

