Sin embargo, a veces nos encontramos con la voz discordante. En este caso, la del CEO del RACE, Jorge F. Delgado. La semana pasada, durante su intervención en una de las mesas redondas del MOW FORUM Andalucía (foro internacional de representantes de alto nivel de fabricantes, reguladores y usuarios del sector de la movilidad y la automoción), puso en tela de juicio que las políticas enfocadas hacia el vehículo eléctrico como camino hacia la descarbonización sean las adecuadas.
El problema con la transición en la movilidad que se está planteando es que no pertenece al mundo real, afirmó con rotundidad, advirtiendo que la regulación puede ser una ayuda, pero si se fuerza demasiado, acaba resultando contraproducente. Para apoya su argumento, comentó que la intención de compra de coche eléctrico en España no llega a 8%. El parque móvil está envejeciendo y el consumidor está retrasando su compra. Lo que estamos creando es una gran grieta social, con un 10% que se puede permitir la adopción de nuevas tecnologías y un 90% que no puede permitírselo.
El vehículo privado, la mejor solución, de lejos
Por si fuera poco, compartió algunas de las preguntas que, a su entender, se formulan los usuarios a la hora de no optar por una alternativa al vehículo privado, como ¿Qué hago cuando vamos la familia al supermercado? ¿Y si mi madre está enferma y la tengo que llevar al hospital? ¿Y cuando llueve? ¿Y si en mi ciudad hay muchas cuestas?. Todas ellas cuestiones cortoplacistas y de fácil respuesta, si se quiere ampliar un poco más el foco.
Si no, si la única opción que se maneja es el vehículo privado, hay poco que hacer. Tiene razón Delgado en que el vehículo privado no se ha puesto en primera línea solo. Ha sido la elección del consumidor, una decisión que ha sido el motor del desarrollo social y tecnológico de los últimos 125 años. Pero sin evolución, estaríamos todavía en las cavernas

