Una de ellas es el ciclo de vida de estos vehículos. Se considera una evidencia que el automóvil eléctrico tiene un efecto positivo en la disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero y, sobre todo, en la calidad del aire al evitar la utilización directa de combustibles fósiles y no tener emisiones en el tubo de escape. Sin embargo, es imperativo examinar su influencia en la sostenibilidad desde una perspectiva más amplia.
Por esta razón, resulta fundamental tener en consideración la totalidad del ciclo de vida del vehículo y evaluar su impacto ambiental total, incluyendo también las emisiones de dióxido de carbono relacionadas con el proceso de manufactura, tanto del automóvil en sí como de sus partes constituyentes, en particular aquellas asociadas con sus baterías, así como asegurar el suministro ético y sostenible de las materias primas requeridas para su fabricación y su contribución a la economía circular, entre otros elementos a considerar.
Acciones imprescindibles si consideramos que la UE prevé que la demanda de baterías se multiplique por 14 en todo el mundo de aquí a 2030, y que la UE podría representar el 17% de esa demanda, debido fundamentalmente a la electrificación del transporte.
En agosto de 2023 entraba en vigor el nuevo reglamento europeo relativo a las pilas y baterías y sus residuos para que utilicen un mínimo de sustancias nocivas, necesiten menos materias primas de países de fuera de la UE y se puedan recuperar mejor tras su uso. Un reglamento que establece nuevos objetivos y busca garantizar que las baterías comercializadas en la UE sean sostenibles y seguras durante todo su ciclo de vida, lo que permitirá reducir la huella ambiental de los vehículos eléctricos y aumentar su posicionamiento frente al resto.
Otras cuestiones a valorar
Pero como no sólo el ciclo de vida de las baterías es importante, en Julio de 2023, la Comisión proponía examinar el reglamento sobre los requisitos de circularidad para el diseño de vehículos y sobre su gestión al final de su vida útil. De hecho, el ciclo de vida es un factor importante que se incluye también en la Directiva 2009/33/CE relativa a la promoción de vehículos de transporte por carretera limpios y energéticamente eficientes en favor de la movilidad de bajas emisiones, que exige a los Estados miembros, incluida España, que en la contratación pública relativa a determinados vehículos de transporte por carretera, se tenga en cuenta el impacto energético y medioambiental de estos durante su vida útil, incluidos el consumo de energía, así como las emisiones de CO2 y de determinados contaminantes.
Por último, al analizar el impacto ambiental del vehículo eléctrico, tenemos que considerar el impacto en otro contaminante ambiental, como es el ruido, en el que el vehículo eléctrico impacta significativamente de forma positiva frente al resto de alternativas, y el impacto generado por el cambio en la conducción. En este sentido, cabe resaltar la importancia de adaptar tanto el estilo de conducción como el equipamiento del vehículo, como puede ser el caso de los neumáticos, que permita garantizar la máxima eficiencia durante su uso.

