Un acto sencillo, que apenas contó con un discurso de 10 minutos de su máximo responsable actual, Jorge Cosmen, pero que sirvió para demostrar varias cosas: que Alsa, a pesar de su tamaño (factura más de 1.000 millones anuales y opera en distintos países), mantiene esa esencia humilde de sus orígenes. Además, se puso en evidencia el cariño que despierta en el transporte de viajeros por carretera, porque fueron muchas y de muy diversas procedencias las personas que acompañaron a la empresa en tan entrañable celebración.
Pasado y futuro
Antes de acceder al evento, en la misma puerta, una declaración de intenciones: dos vehículos históricos junto al más moderno de los que opera en la actualidad, en modo autónomo. Y, en el interior, un video recordatorio de todos estos años y un libro conmemorativo que ha requerido, como explicaba Pablo Gómara, su coordinador, un gran trabajo, aunque sin duda ha merecido la pena.
Alsa es un referente para el Sector nacional. Por historia, por dimensión y por muchas otras cosas. Y no se queda ahí, puesto que en las últimas fechas ha mostrado su intención de dar el salto a aquellos modos que todavía no gestiona: el aéreo y el marítimo. Mantiene, por tanto, la ambición del primer día, pero como dijo Cosmen, con la simple idea de mejorar el servicio al cliente, en todo momento.
Muchas felicidades por este siglo de vida, y que sea el primero de muchos.

