Más de 1.200 niños y niñas participan en esta tradicional cita navideña que une arte, sostenibilidad y transporte público
Un año más, la Navidad en Donostia se llena de color e ilusión gracias al tradicional Concurso Infantil de Dibujo “Dbus eta Gabonak”, que en su 19ª edición ha contado con la participación de 1.216 niños y niñas de entre 3 y 12 años. Organizado por Dbus en colaboración con FNAC, el certamen ha reconocido los mejores trabajos en dos categorías de edad, premiando el talento artístico de los más pequeños.
Más allá de un concurso: un homenaje a la imaginación
En la Categoría A, dirigida a menores de hasta 8 años, los ganadores han sido:
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Ainara Jesslyn Álvarez Gómez, de 8 años (Amara Berri-Morlans), quien ha obtenido el primer premio: una tablet Lenovo con funda y cuatro entradas al Aquarium.
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Luka Agote González, de 7 años (La Salle), segundo premio con una cámara Fujifilm Mini 12 Green y entradas al Aquarium.
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Markel Echeverria Ibargoyen, de 7 años (Zuhaizti), ha recibido un pack de libros, material de escritura y también entradas al acuario.
En la Categoría B, de 9 a 12 años, los premiados han sido:
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Nikole Aramburu Sierra, de 12 años (Santo Tomas Lizeoa), con el primer premio.
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Maialen Echeverria Ibargoyen, de 10 años (Zuhaizti), en segunda posición.
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Irati Algans Sagües, de 12 años (Axular Lizeoa), como tercera clasificada.
Los premios de esta categoría son similares en tipo y valor a los de la categoría más joven.
Una exposición abierta y una felicitación colectiva
Además de los seis galardonados, los finalistas han recibido un diploma, un tarjetero de Dbus y una maqueta de autobús como recuerdo. Una selección de 200 dibujos se podrá visitar desde el 23 de diciembre hasta el 20 de enero en el Centro Cultural Aiete (Paseo de Aiete 63), gracias a la colaboración con Donostia Kultura. Asimismo, los trabajos premiados serán expuestos en los autobuses de Dbus hasta el 6 de enero.
Desde la organización han destacado “la enorme participación y la creatividad desbordante” de los niños y niñas, y han agradecido la implicación de familias y centros escolares. Una muestra más de cómo el arte puede ser también un vehículo para promover valores como la sostenibilidad, el transporte público y la expresión creativa desde la infancia.





