Así lo entienden Julia Swales, editora principal de Sectores Verticales, y Thomas Cullen, analista senior de Ti, añadiendo que a finales de 2023, se prevé que el mercado mundial de la automoción esté valorado en 78.618,00 millones de euros, con un crecimiento del 3,1%, cuando dicha cifra fue de 4,6% el año anterior. A esto se suma que el crecimiento anual para el periodo 2022-2027 se prevé que sea del 4,2%, con un tamaño del mercado en 2027 en el entorno de los 93.500 millones de euros.
Crisis global
Los últimos cinco años han sido un período de notable inestabilidad en el sector de la automoción en todo el mundo. El impacto de la crisis de la cadena de suministro de 2020-2022 fue extremo, con grandes caídas en los volúmenes de producción de una magnitud que no se ha visto durante al menos la última década.
Por tanto, las implicaciones para la logística al servicio del sector de la automoción han sido graves. Cabe destacar que, a pesar de las excepcionales condiciones macroeconómicas, la experiencia del sector automotriz ha estado dominada por las consecuencias de sus propias políticas de gestión.
Las ventas cayeron violentamente en 2020 y solo se recuperaron parcialmente en 2021 y 2022. Esta dinámica fue impulsada principalmente por la incapacidad de los fabricantes de vehículos para obtener semiconductores en las cantidades requeridas. Todavía no está claro exactamente por qué sucedió esto. El sector más amplio de semiconductores experimentó aumentos en la producción durante 2021-2023 y los niveles de inventario fueron razonablemente altos.
Por lo tanto, se debe suponer que el problema era específico del sector automotriz. En menor medida, la fuerte caída en las ventas y la producción en 2020 estuvieron influenciadas por los efectos de las políticas de Covid-19, aunque la situación se alivió a principios de 2022.
Efectos globales
Una de las características de la caída en las ventas fue su reflejo en todos los mercados principales. Incluso China, que tiene una base de producción distintiva compuesta por fabricantes de vehículos chinos y mundiales con una mezcla de vehículos con motor de combustión interna y vehículos eléctricos, sufrió caídas en la producción.
Lo que es más difícil de responder es por qué surgió tal crisis en 2021. Puede deberse a la creciente demanda de electrónica en los vehículos. Por ejemplo, los vehículos de pasajeros están evolucionando hacia interfaces para reemplazar la cabina y los controles tradicionales. Estos incluyen capacidades de entretenimiento, pero también nuevos tipos de controles ‘drive-by-wire’. Además, varias formas de nuevos ADAS están integrados en los vehículos, generalmente llamados capacidades de «prevención de colisiones» o «asistencia de mantenimiento de carril» o incluso «autoconducción». Todos estos sistemas son usuarios intensivos de varios tipos de semiconductores y, por lo tanto, la demanda de semiconductores ha aumentado.
Se podría suponer que los fabricantes de vehículos lo habrían previsto. Sin embargo, parece que la naturaleza de la relación entre los proveedores de semiconductores y los fabricantes de vehículos resultó en una falta de coordinación entre las dos partes. Si es así, esto es indicativo de un cambio importante en el equilibrio de poder entre el proveedor y el suministrado. Tanto, que ha cambiado la naturaleza del sector del automóvil.
