En su sumario se preguntan qué pasa desde la perspectiva de los costes. Y es que desde el punto de vista de los costes de cumplimiento, los camiones eléctricos de batería serán la tecnología más barata para la mayoría de los segmentos, incluidos los de largo recorrido. En el caso de los camiones de larga distancia con un kilometraje superior a 500 km, los costes de fabricación de ambas tecnologías de emisiones cero serán más bajos, aunque el consumidor y el ahorro de costes para la sociedad será al menos un 30% mayor si estos camiones de largo recorrido se descarbonizan mediante tecnologías de baterías eléctricas.
La vía de descarbonización más rentable implica un cambio gradual hacia la electrificación de los camiones a partir de 2030, sin explotar plenamente el potencial de reducción de CO2 de los camiones diésel. En el caso de las cabezas tractoras de largo recorrido, la vía de descarbonización más rentable incluye la mejora de la tecnología diésel hasta alcanzar una reducción del 18,5% de CO2 en 2030, lo que supondría una reducción de hasta el 18,5% de CO2 en 2030.
Después de 2030, pueden alcanzarse objetivos de reducción de CO2 más estrictos aumentando gradualmente la proporción de camiones eléctricos de batería hasta alcanzar la descarbonización total en 2040.
Los ambiciosos objetivos de reducción de CO2 aumentarán los costes medios directos de fabricación. En cambio, el ahorro de costes resultante para el consumidor y la sociedad es sustancial y compensa la inversión necesaria. Para 2030, el objetivo de reducción del CO2 del 60% supondrá un coste de cumplimiento de 12.473 euros por vehículo.
Compensación favorable
Para 2040, se espera que aumente ligeramente hasta los 12.487 euros por vehículo, a pesar de que el objetivo de reducción de CO2 del 100% es más elevado, debido principalmente a la reducción de los precios de las tecnologías de emisiones cero.
El ahorro de costes para el consumidor y la sociedad es significativamente mayor en el escenario de reducción de las emisiones de CO2 propuesto que en el escenario actual de bajas emisiones. Para 2030, el objetivo de alta ambición de reducción del 60% de CO2 puede proporcionar un ahorro medio de costes del orden de 50.000 a 120.000 euros por vehículo para el primer y el segundo usuario, dependiendo de los precios del gasóleo. Esta cifra es significativamente superior al ahorro de costes obtenido con las políticas adoptadas actualmente, que oscila entre 30.000 y 60.000 euros por vehículo. Para 2040, se espera que este ahorro de costes para el consumidor aumenten con el objetivo de reducción del 100% de las emisiones de CO2, oscilando entre 100.000 y 200.000 euros por vehículo.
Además, el ahorro de costes para la sociedad es entre dos y tres veces con el escenario de reducción de CO2. El coste para la sociedad de evitar las emisiones de CO2 aumenta aún más el ahorro de costes para la sociedad con objetivos de reducción de CO2 más ambiciosos.

