La Unión Europea se ha comprometido a lograr una economía neutra en carbono a mediados de siglo, como se indica en la Ley Europea del Clima, con un objetivo a corto plazo de reducción del 55% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para 2030 en comparación con 1990 (Comisión Europea, 2005).
El Sector del transporte, responsable de más de una cuarta parte de las emisiones de GEI (Heinrich-Böll-Stiftung Unión Europea, 2021), está sujeto a una reducción del 90% de las emisiones de GEI con respecto a los niveles de 1990 (Comisión Europea, 2020). El Sector de los vehículos pesados es uno de los más difíciles de descarbonizar, dado el continuo aumento de la actividad del transporte de mercancías por carretera y la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, con una insignificante cuota de vehículos de bajas o nulas emisiones (Basma y Rodríguez, 2021).
Las normas europeas de CO2 para vehículos pesados, propuestas por primera vez en 2019, exigen una reducción media del 15% de las emisiones de CO2 de las nuevas matriculaciones de camiones en la UE para 2025 en relación con el año de referencia 2019/2020 y una reducción del 30% para 2030. Con los objetivos de reducción de CO2 actualmente adoptados, se prevé que las emisiones de CO2 de los vehículos pesados aumenten por ocho respecto a 2019, debido a que el aumento de la actividad del transporte de mercancías por carretera compensará la reducción de CO2 obtenidas en los vehículos (Mulholland et al., 2022).
Así pues, se necesitan objetivos de reducción de CO2 más estrictos para que la UE alcance sus objetivos climáticos a corto y largo plazo.
Revisión a la vista
Las normas de CO2 se revisarán a principios de 2023, lo que ofrece una oportunidad de aumentar la ambición de reducción de CO2 de los vehículos pesados a corto plazo y proponer nuevos objetivos más allá de 2030. El rigor de las normas de CO2 actualmente adoptadas se fijó examinando el potencial de reducción de CO2 de las tecnologías de propulsión convencionales, como los motores de combustión interna (ICE) diésel y de gas natural. Sin embargo, los recientes avances en las tecnologías de cero emisiones (ZE), camiones eléctricos de batería y de pila de combustible de hidrógeno, pueden ayudar a lograr mayores reducciones de CO2 y ofrecen la oportunidad de aumentar la ambición de las normas europeas de CO2 para vehículos pesados.
El objetivo del estudio elaborado por ICCT es informar sobre la próxima revisión de las normas de CO2 para vehículos pesados mediante la evaluación de la rentabilidad de diferentes estrategias de reducción de CO2. Se analiza el potencial de reducción de CO2 de los HDV con motor de combustión interna en el plazo hasta 2040 y se proyecta el coste tecnológico correspondiente, al tiempo que se cuantifican los costes de la tecnología ZE-HDV y se pronostican hasta 2040.

