Dice el informe que como consecuencia de las reformas implementadas en la mayor parte de países de nuestro entorno, España representa, a día de hoy, el mayor mercado europeo que mantiene un sistema concesional de transporte interurbano en autobús.
Desde 2015, todos los Estados que se encontraban en transición han completado la liberalización de sus servicios, lo que implica que la mayor parte del mercado europeo se encuentra desregulado, siendo España, Grecia y Hungría los mayores mercados aún por liberalizar.
En líneas generales, los efectos de la liberalización sobre la estructura de mercado se pueden dividir en dos etapas. Durante la primera etapa, se produce una entrada de operadores, que provoca un descenso de la concentración del mercado, que suele venir acompañada de una expansión del número de viajeros, frecuencias y conexiones. A continuación, conforme el mercado madura, se suele producir una consolidación del número de operadores en torno a un oligopolio formado por un número reducido de entre dos y cinco empresas.
Sin embargo, la evidencia disponible hasta la fecha sugiere que el impacto final depende de las condiciones de partida del mercado. Así, en los mercados que ya mostraban un operador dominante antes de la liberalización, como en Reino Unido (National Express), Suecia (Swebus) y, en menor medida, Francia (Ouibus), la concentración suele mantenerse en niveles elevados inmediatamente tras la reforma, ya que la presencia de estos operadores restringe las posibilidades de crecimiento de los nuevos entrantes, lo que a su vez sugiere la existencia de ventajas de ser el primero. Por su parte, el mercado italiano, muy fragmentado antes de la liberalización debido al sistema concesional previo, es el que muestra un mayor número de operadores tras la reforma, si bien no se descarta una mayor consolidación futura.
Ejemplos: FlixBus, National Express
Un aspecto a destacar en todos los casos analizados es la estrategia de los operadores dominantes, que subcontratan la mayor parte de sus operaciones con empresas de menor tamaño, asumiendo las funciones de comercialización y diseño de la red. Este modelo de plataforma ha sido adoptado por los operadores europeos FlixBus y BlaBlaBus, así como de National Express y Megabus en Reino Unido, y, en menor medida, Swebus y Vy Buss en Suecia.
Este modelo otorgaría a los operadores de plataforma una serie de ventajas frente a los operadores tradicionales:
- La subcontratación de servicios permite a los operadores de plataforma expandir su red y reorganizar sus servicios de una forma ágil, al no ser necesaria la adquisición de flota, lo que incrementa su capacidad de reacción a la competencia y les permite obtener importantes ventajas por la explotación de economías de alcance.
- El enfoque hacia la comercialización permite a estos operadores implementar sistemas de tarificación dinámicos para maximizar sus beneficios y obtener economías de escala derivadas de mayores ratios de ocupación y de la explotación de vehículos de mayor tamaño. Un elemento clave de la estrategia de comercialización de los operadores es la digitalización, donde los operadores de plataforma utilizan la tecnología móvil y su presencia en redes, así como fuertes descuentos, para ganar rápidamente cuota de mercado y competir con los operadores instalados.
- La subcontratación con operadores de menor tamaño genera vínculos comerciales con posibles competidores y les disuade de adoptar estrategias de competencia más ambiciosas, competitivas y arriesgadas. A su vez, al actuar de intermediarios entre los operadores menores y la demanda, los operadores de plataforma adquieren un mayor conocimiento del mercado, incrementan su poder monopsonístico (un modelo en el que se tiene a un único operador y un único demandante) frente a los pequeños operadores y actúan como fijadores de precio.
Los factores anteriores explican la tendencia a la concentración observada en los mercados europeos. A su vez, las ambiciosas estrategias de comercialización y expansión implementadas durante la fase inicial conllevan grandes pérdidas para los operadores, lo que supone una barrera de entrada para los operadores de menor tamaño por las dificultades de acceso a la financiación.

