Especialmente los grandes emisores, los grandes países industrializados: podemos hacer mucho, mucho más en eficiencia energética de lo que estamos haciendo ahora. Estamos intentando mostrar el camino, creo que tenemos que trabajar para mostrar cómo esto puede ser mucho mejor que hoy.
Inversión privada
El último punto que me gustaría comentar es sobre las finanzas. Agradezco al ministro Baerbock que haya indicado tan claramente que vamos a llegar a los 100.000 millones. Pero seamos también muy claros en esto: estamos hablando de necesidades financieras de billones. Y no hay manera, ni siquiera con el mayor esfuerzo, de que la hacienda pública pueda llegar a esas cantidades. Así que tenemos que movilizar la financiación privada, tenemos que demostrar a los inversores privados que vale la pena invertir en la transición energética, que vale la pena invertir en la economía circular. Creo que estas tres o cuatro cuestiones que he mencionado deberían servirnos de guía para la COP28.
Tenemos que combinar la sensación de urgencia con la comprensión de que todavía podemos hacerlo. Todavía podemos hacerlo. La desesperación es nuestro mayor enemigo. No hay necesidad de caer en la desesperación, pero sí de comprender la dimensión del reto al que nos enfrentamos hoy».

