Para completar la serie de informaciones que hemos publicado sobre el informe que han elaborado, se concluye que el éxito de la descarbonización requiere una colaboración estratégica a lo largo de la cadena de valor, ya que para fabricar baterías con cero emisiones de carbono, los agentes de toda la cadena de valor deben colaborar entre sí y con otras partes interesadas, como gobiernos y entidades financieras.
Actuar en cinco áreas
Proveedores. Los productores pueden enviar a los proveedores una señal clara de demanda de productos de carbono cero a lo largo de la cadena de valor. Por ejemplo, el mejor fabricante de vehículos eléctricos puede enviar una señal a sus proveedores de células, que a su vez pueden transmitir esa demanda a sus proveedores de materiales activos, y así sucesivamente, hasta que la demanda de tales materiales se abra camino en la cadena de valor hasta la minería y el refinado de materias primas. Esto puede hacerse estableciendo asociaciones de adquisición para desarrollar conjuntamente soluciones con bajas emisiones de carbono o aumentar la demanda de productos con bajas emisiones de carbono.
Inversores. Las partes interesadas pueden considerar la posibilidad de ayudar a los innovadores con sus inversiones garantizándoles financiación. Por ejemplo, podrían utilizar compromisos de volumen a largo plazo para la producción sostenible con el fin de crear nuevas tecnologías de producción con bajas emisiones. Las subvenciones públicas podrían ser beneficiosas para alcanzar estos objetivos, si los gobiernos están dispuestos a considerarlas.
Reciclado. Los agentes de toda la cadena de valor podrían aumentar la recogida y el reciclaje de baterías, incluyendo la logística, las pruebas y el desmontaje, el procesamiento y el seguimiento digital. El aumento de la proporción de materiales reciclados en las pilas de las nuevas baterías no sólo ayudaría a hacer frente a la escasez prevista de suministro de materiales para baterías, sino que también reduciría significativamente la huella de CO2e de dichas baterías.
Métricas. Los fabricantes podrían aumentar la transparencia estableciendo normas y parámetros. Una opción sería un pasaporte de baterías, lanzado recientemente por la Global Battery Alliance. Otras opciones son las normas de segunda vida o las certificaciones para productos con bajas emisiones de carbono que faciliten a los clientes la elección de opciones con bajas emisiones de carbono y el seguimiento de las mejoras a lo largo de la cadena de valor.
Asociaciones. Los agentes de la cadena de valor podrían formar asociaciones multilaterales. Por ejemplo, una asociación entre empresas de materias primas (como níquel, cobalto, litio y aluminio), productores de materiales activos, fabricantes de células y fabricantes de equipos originales podría ayudar a abordar los problemas a lo largo de toda la cadena de valor. Estas asociaciones podrían considerar la posibilidad de comprometerse conjuntamente a cambiar a fuentes de electricidad renovables en cada paso de la cadena de valor, por ejemplo.
Empezando desde hoy
Las empresas de baterías para VE que quieran empezar a descarbonizar sus emisiones tendrían, a juicio de McKinsey, que crear un manual de actuación. Un primer paso podría ser crear una visión global de la huella de carbono de su propio producto basada en un conocimiento detallado de sus emisiones previas. Esta visión general podría mostrar su cartera de proveedores y otros actores con los que trabajan a lo largo de la cadena de valor. Las empresas podrían lograrlo recopilando datos primarios de sus proveedores (y a su vez de los proveedores de sus proveedores) y evaluando las opciones de descarbonización disponibles en la actualidad y a lo largo del tiempo. Esta información y transparencia ayudaría a establecer el nivel de ambición adecuado y a las empresas a elegir la estrategia correcta basándose en una cuidadosa consideración de la oportunidad de diferenciación, el coste y el riesgo.
En cuando a las posibles medidas de seguimiento, se apunta que las empresas podrían elaborar un plan de acción concreto para alcanzar sus objetivos, que incluya logros rápidos como el cambio a fuentes de energía renovables y acciones estratégicas a largo plazo en toda su cadena de suministro. Las acciones estratégicas podrían incluir el establecimiento de alianzas y asociaciones con actores relevantes a lo largo de la cadena de valor. Por último, las empresas podrían desarrollar una estrategia para posicionarse ante clientes concienciados con las emisiones de CO2 y buscar formas de diferenciarse de sus competidores, lo que les permitiría obtener primas de sostenibilidad a medio plazo.

