El análisis que ha realizado Shirly Zhu, una de las principales analistas de Interact, es un buen ejemplo. Todo el mundo conoce la predisposición del Gobierno chino por reducir sus emisiones, y su apuesta por los vehículos de pila de combustible es una de las vías elegidas para ellos.
Las 1.200 estaciones previstas son más que las actualmente disponibles en todo el planeta
Como es lógico, esa flota requiere de la correspondiente infraestructura para repostar hidrógeno, algo a lo que las autoridades no son ajenas. Por eso, la autora ha recopilado los planes y políticas al respecto publicados por las 30 provincias y ciudades municipales de China, que fijan el objetivo común en más de 1.200 emplazamientos para el año 2025.
Lo más significativo es que esta cifra es superior al total mundial actual. Así, cinco provincias y ciudades municipales tienen previsto construir 100 o más estaciones de hidrógeno de aquí a 2025, y Guangdong aspira a alcanzar las 200 unidades, con especial relevancia en esas ciudades, como Hebei, que planea construir 100 estaciones, mientras que Shanghái, Pekín y Henan han fijado objetivos para casi 100 emplazamientos.
Shandong planea construir 100 puntos de recarga para 2025, y las provincias de Jilin y Guangxi también han anunciado planes para acelerar la construcción de estas instalaciones entre 2025 y 2030.
Revisión constante
Y no siempre al alza. Así lo explica Zhu, indicando que es muy interesante observar que los gobiernos locales chinos han ajustado sus objetivos de estaciones de servicio de hidrógeno durante los dos últimos años en función del despliegue de vehículos de pila de combustible y de la normativa. El lanzamiento de los grupos de ciudades piloto de vehículos de pilas de combustible por parte del gobierno central chino puede considerarse un catalizador para que algunas regiones ajusten sus planes.
Por aportar algunos ejemplos (que desarrollaremos en una segunda entrega de este artículo), Jiangsu, Chongqing y Hebei revisaron al alza sus objetivos para 2025 de construcción de HRS tras el anuncio del gobierno central, mientras que Guangdong y Shanghái (ambas parte de los grupos de ciudades piloto) los revisaron a la baja.

