Como recuerda la ministra consejera de la Embajada Británica, Sarah Cowley, el transporte es un sector estratégico en el reto de la descarbonización y destaca que el desarrollo del vehículo de cero emisiones es clave para acelerar la transición energética, pero necesitamos un enfoque holístico de la movilidad.
Hay que eliminar los vehículos de combustión interna en 2035 y no más tarde
La regulación de las emisiones del transporte por carretera en Europa, el incremento de los objetivos en la reducción de CO2 y la promoción de los vehículos eléctricos son algunos de los objetivos que se han marcado desde la UE para la transformación del Sector del transporte y la movilidad, en el marco de la eliminación progresiva de los combustibles contaminantes. Unas soluciones que también apoyan los ciudadanos europeos, que tienen previsto comprarse un coche nuevo y que estarían dispuestos, según una encuesta realizada por el Instituto Europeo de Opinión Pública YouGov, a pagar hasta 500 euros más para que se ejecutaran.
Los planes previstos de la Comisión Europea apuestan por la electrificación como el principal impulsor de las reducciones de emisiones del transporte en el marco del paquete legislativo Fit for 55. Para alcanzar la neutralidad climática en 2050, proponen desde Europa una reducción del 55% de las emisiones de CO2 de los coches a partir de 2030 y del 100% hasta 2035. Esta fecha marcará el fin de la venta de vehículos de combustión fósil.
Para lograr esta transformación industrial que se requiere, Isabell Büschel, directora en España de la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente (T&E), considera fundamental aprovechar el Plan de Recuperación como oportunidad histórica y la revisión por parte de los gobiernos del reglamento de estándares de CO2. Si queremos de verdad llegar a la descarbonización de toda la economía en 2050, hay que eliminar los vehículos de combustión interna en 2035 y no más tarde porque esta década, hasta 2030-2035, es muy importante.
Desde esta entidad, junto con Ecodes, dan un paso más y proponen elevar la ambición en la reducción de las emisiones de CO2 en los coches y furgonetas hasta el 80% en 2030 y llegar al 100% de reducción en 2035. A esto le suman incluir objetivos vinculantes intermedios antes de 2027 e insisten en no dejar las acciones para el final.
¿Y en España?
Desde el Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana de España, destacan la aprobación de la Estrategia de Movilidad Segura, Sostenible y Conectada 2030. Esta hoja de ruta que fomenta la movilidad sostenible, segura y digitalizada se incluye dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y recoge (como apunta de nuevo Báguena Rodríguez) que la movilidad debe ser considerada como un derecho de los ciudadanos, como un instrumento de cohesión social y de crecimiento económico resiliente. Desde las Administraciones Públicas debemos ofrecer a los ciudadanos alternativas de Transporte que sean sostenibles y que permitan abandonar el uso del vehículo privado, que no es eficaz en términos de movilidad ni tampoco es viable en términos medioambientales ni de calidad de vida.
En el ámbito latinoamericano, Colombia tiene una de las normativas más exigentes para acelerar la transición hacia la movilidad eléctrica: en la Ley de Estrategia Nacional de Movilidad Eléctrica y Sostenible se promueve que el 30% del uso de vehículos sea de cero emisiones en municipios considerados de categoría 1 (de 700.000 hasta 2.000.000 habitantes).

