Los nuevos permisos para conducir autobuses crecen un 33% en diez años, frente al 4,6% del aumento poblacional, pero aún no alcanzan para cubrir la demanda del transporte de viajeros
A pesar del repunte en la expedición de permisos para conducir autobuses en España, el sector del transporte de viajeros sigue enfrentando una escasez crónica de conductores profesionales. Así lo revela un análisis reciente de ANETRA (Asociación Nacional de Empresarios de Transportes en Autocares), a partir de datos del Anuario Estadístico de la DGT y del INE, que apunta a un crecimiento de más del 33% en los nuevos permisos de clase D y D1 entre 2015 y 2024.
En ese mismo periodo, la población española ha aumentado un 4,6%, lo que sitúa el crecimiento de los permisos en un ritmo casi siete veces superior. Sin embargo, este avance, si bien notable, no basta para revertir el envejecimiento del colectivo de conductores, ni para cubrir la creciente demanda de servicios urbanos, interurbanos y turísticos.
Una recuperación tras la pandemia, pero aún insuficiente
En 2015 se otorgaron 8.143 permisos de clase D (autobuses de gran tamaño) y 475 de clase D1 (microbuses), lo que representaba 18,6 permisos por cada 100.000 habitantes. En 2024, estas cifras ascendieron a 11.376 y 662, alcanzando los 24,8 permisos por cada 100.000 habitantes. El crecimiento se ha concentrado especialmente en los tres últimos años, tras el desplome ocasionado por la pandemia entre 2020 y 2021.
Este repunte ha sido favorecido por campañas de captación de talento impulsadas por organizaciones sectoriales, en respuesta al auge del turismo y la recuperación de la movilidad tras la crisis sanitaria. Además, muchas empresas han reforzado sus programas de formación para nuevos conductores, ante la creciente dificultad para cubrir vacantes.
El gran desafío: el relevo generacional
Pese a estos avances, más del 40% de los conductores de autobús en activo tienen más de 50 años, lo que anticipa una importante necesidad de relevo generacional en los próximos años. La edad media del colectivo, unida al bajo índice de incorporación de jóvenes, pone en jaque la sostenibilidad del servicio de transporte colectivo a medio plazo.
Aunque el número de nuevos conductores por habitante es hoy un tercio superior al de hace diez años, la brecha entre oferta y demanda laboral se mantiene. Desde ANETRA advierten que la solución no pasa solo por formar a más profesionales, sino también por mejorar las condiciones laborales, incentivar la entrada de jóvenes y reforzar el atractivo del sector.
En un contexto de creciente necesidad de transporte sostenible y colectivo, garantizar el relevo profesional no es solo un reto del sector, sino un asunto de interés público para el futuro de la movilidad en España.





