Y es que el Grupo HAM, fundado en 1980, mantiene desde entonces su firme apuesta por el gas natural comprimido (GNC) y el gas natural licuado (GNL) como una energía limpia, segura y respetuosa con el medio ambiente, que consigue minimizar el impacto negativo al reducirse la emisión de óxidos de nitrógeno, óxidos de azufre y de partículas finas. En la actualidad, cuenta con una flota de 99 camiones propios y una red nacional de 32 estaciones de servicio en las que vende gas natural.
Murugo explica a NEXOTRANS.com que por ponernos en situación, un camión de gas natural puede costar del orden de un 30% más que uno de diésel. Los cálculos iniciales indican que la amortización de este sobreprecio de adquisición se produce en unos 400.000-500.000 km, pero claro, estas cuentas se hacían con los precios anteriores a esta subida tan importante, condicionada a su juicio por cuestiones geopolíticas y por algunos países productores que están aprovechando la situación.
El precio del gas provoca un sobrecoste de 3.000 euros mensuales, lo que hace inviable la amortización
Ahora, hablamos de una energía muy volátil, que en Europa se está vendiendo a una media por encima de los dos euros/kg, y que en España, aunque no llega a estas cotas, está muy próxima. Por lo tanto, es muy difícil hacer rentable un camión de gas natural en estas circunstancias, explica el director general de HAM, apuntando que un camión de gas y uno diésel consumen, más o menos, lo mismo. Podemos hablar de que 1 kg de gas equivale a un litro de gasóleo, pero el precio es el doble. Eso se traduce en un sobrecoste de explotación de unos 3.000 euros mensuales, que evidentemente hace inviable su operación.
Ayudas necesarias y asequibles
Poniéndose en lo peor, Murugo opina que la solución sería parar los camiones y mandar a la plantilla a un ERE, aunque eso no es una opción, por supuesto. Por eso, reclama que la Administración replique las ayudas que están adoptando en otros países de nuestro entorno, como Grecia (que ha habilitado ayudas directas a las pymes de 45 céntimos/litro) o Italia (que ha incrementado la partida de subvenciones de 3.000 a 5.000 millones).
Y pone el acento, precisamente, en las empresas más pequeñas, porque las grandes flotas que trabajan con grandes superficies o clientes, están viendo cómo ellos les ayudan en estos momentos, pero las pymes y autónomos no son capaces de amortizar el camión. De hecho, su previsión es que en el momento en que se solucione el problema geopolítico, el precio del gas empezará a caer muy rápidamente. No sabemos cuándo puede ser, pero no espero que estos precios tan elevados perduren hasta el verano. Por eso, propone al Gobierno que unas ayudas a las pymes, que calculo en unos cuatro millones de euros mensuales, durante uno o dos meses a lo sumo, salvaría del cierre a muchas empresas de transporte.

