Una vez más, los camiones son responsables de lo malo. Una pequeña parte del Sector, a la que hay reconocer que ha conseguido lo primero que quería, la atención mediática (ahora falta la segunda parte, la solución a los problemas), está siendo tomada por la opinión pública como representante de todo el Sector. Y eso no es así. Tendrán los afiliados que tenga, se unirán pequeños autónomos y conductores asalariados Pero la Plataforma no es el Sector. Es una realidad.
La insistencia en el paro y en la protesta puede ser incluso sorprendente. Eran (éramos) muchos los que no vaticinaban tan larga duración de la movilización. Y eso que ni se atisba cuándo puede finalizar. Y eso es loable. Porque concede carta de naturaleza a los discursos del presidente de la Plataforma, que reitera que están parados porque no pueden dejar de perder dinero.
En cualquier caso, que haya sido necesaria la intervención de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado no es la mejor de las imágenes que debe transmitir el transporte por carretera. Tanto los que quieren parar como los que no, están amparados por el derecho. Y deben respetarse mutuamente. Esperemos que, al menos, los incidentes no se repitan.
Altruismo y solidaridad
Pero, por otro lado, estos camiones que están dejando sin leche a la población (nótese la ironía, por favor), son los mismos que no paran de hacer viajes gratis desde España a la frontera con Ucrania, para llevar de modo altruista toda la ayuda humanitaria que la población española y multitud de organizaciones están donando para echar una mano a los refugiados, que bien la necesitan.
Por tanto, se da la paradoja de que el camión es, al mismo tiempo, villano y héroe. ¿Cómo se explica? La verdad, cualquiera que se pare a pensarlo un momento, sabrá enseguida cuál es la opción correcta.
Que le sea útil. Es nuestro mayor interés.

