Cuando la demanda comenzaba a recuperarse a finales del año 2021, con la llegada de la sexta ola de Covid, ésta se volvió a contraer 10 puntos en todas las especialidades, situándose la caída general en el 30% respecto a 2019. Pese a que la demanda ha iniciado una senda positiva, las cifras aún están lejos de las de 2019. Así, los últimos datos del INE revelan que en marzo de 2022 la demanda general de viajeros del autobús se situó un 13,5% por debajo del mismo periodo del año 2019. De este modo, el urbano está un 15% por debajo, cercanías un 5%, la media distancia un 16% y la larga distancia un 28,5%. A su vez, el transporte el discrecional está a más de un 34%. Por fin parece que vamos saliendo del túnel y todos esperamos en que el verano sea especialmente positivo. Al menos, las previsiones lo son.
Está muy bien que, al fin, nos encontremos en terreno esperanzador, pero no podemos olvidar que, en estos dos últimos años, han desaparecido más de 200 empresas, según los últimos datos del registro del Mitma y las que sobreviven, menos de 3.000 (2.914), acumulan una gran cantidad de deuda, lo que supone un importante lastre para la recuperación.
Por eso, todavía nos queda mucho por hacer para reparar los graves daños sufridos. Creemos necesarias, y así lo hemos solicitado en reiteradas ocasiones a la Administración, nuevas líneas de ayudas para paliar los graves efectos de la pandemia, como la creación de un nuevo fondo cifrado en 1.100 millones de euros específico y finalista para las empresas de transporte de viajeros por carretera, de los que una parte importante deben destinarse a compensar los servicios discrecionales, que son los que menos apoyo han tenido por parte de las Administraciones.
Nuestro objetivo es recuperar la demanda. Y ¿Cómo lo vamos a conseguir? Vamos a tratar de sortear los baches y beneficiarnos de nuestro propio potencial, de nuestro trabajo y esfuerzo. Ya sabéis, que hemos creado Confebus NextGen como elemento facilitador de la distribución capilar de los fondos europeos. Creemos, que gracias a los Fondos NextGen se puede contribuir a la transformación de las empresas del Sector para prestar servicios más atractivos, eficientes y lograr el crecimiento de la actividad.
Porque, como ya sabéis, seguimos teniendo por delante dos grandes retos que alcanzar, la descarbonización y la digitalización de la actividad, retos en los que estamos involucrados desde hace años. Es cierto, que el autobús es uno de los modos de transporte menos contaminantes, con menores emisiones de CO2 por pasajero/km. Pero todavía hay trabajo que realizar.
Descarbonizar y digitalizar
Aun así, hay que admitir que la descarbonización de la movilidad tiene dificultades tecnológicas para ser alcanzada en el corto plazo y que requiere grandes inversiones en renovación de flota, la adaptación de las infraestructuras para el repostaje y mantenimiento de los vehículos, así como formar al personal de conducción y de talleres. Es un compromiso difícil, pero que asumimos porque el objetivo último del Sector en materia medioambiental es convertirse en un icono de la movilidad sostenible.
En cuanto a la digitalización, debemos acelerar este proceso. Como ya hemos repetido más de una vez, se trataría de explotar más los datos en tiempo real, mejorar la información al usuario, los medios de pago, canales de venta, la multimodalidad o la introducción de las nuevas aplicaciones que el 5G nos posibilita, como la conectividad entre vehículos y con las infraestructuras. Y, sobre todo, estar muy atentos, porque los avances tecnológicos son constantes y hay que saber aprovecharlos en beneficio de nuestros usuarios y de nuestras empresas.
Peticiones
Estos dos grandes retos están en línea con los principales compromisos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de España. Para no perder una oportunidad sin precedentes, es muy necesario que los Fondos Europeos del citado Plan lleguen a todas las empresas para poder realizar esta transformación. Pero para ello es también necesario reducir la burocracia, así como incrementar el importe de las cuantías para la renovación de las flotas y que se contemplen todas las tecnologías de propulsión disponibles.
En todo este camino hacia el futuro no dejan de aparecer obstáculos y el que tenemos ahora más inminente es el del precio del carburante (Barril a 130 dólares y gas subiendo más del 140%). Ya me he referido al acuerdo alcanzado con el Gobierno y el CNTC, pero ahora necesitamos que esas ayudas se amplíen a los vehículos de transporte urbano.
Esta subida desproporcionada está poniendo de manifiesto que es imprescindible una revisión extraordinaria de las tarifas de los contratos de gestión de los servicios públicos de transporte, así como de todos los contratos de transporte escolar, para poder mantener la continuidad de una industria que es garante de la movilidad sostenible y de un servicio público esencial. En este contexto se hace imprescindible realizar cambios en la Ley de Desindexación de la economía española, porque no favorece la actividad empresarial e impide el equilibrio económico de los contratos, además de tensionar el diálogo social. Por ello, solicitamos una reforma de la citada Ley para que el sector quede fuera de la aplicación de esta norma. Lo hemos analizado y jurídicamente es viable hacerlo.

