Ya tenemos bastante experiencia en la ampliación de nuestra red RTE-T más allá de la UE, concretamente a nuestros vecinos de los Balcanes Occidentales, los países de la Asociación Oriental y Turquía. Gracias a nuestros esfuerzos conjuntos, las personas y el transporte de mercancías pueden circular con mayor fluidez en estas regiones y con la UE, fomentando el comercio y la integración, y contribuyendo a atraer más inversiones de las instituciones financieras internacionales y del sector privado.
Matej Zakonjek les hablará de nuestra experiencia en la ampliación de la política de la RTE-T a los Balcanes Occidentales, tras la histórica firma, en 2017, de nuestro Tratado por el que se establece una Comunidad de Transportes entre la UE y los Balcanes Occidentales.
Esta labor se sustenta en una importante financiación y apoyo técnico de la UE para ayudar a nuestros socios de los Balcanes Occidentales a aplicar sus prioridades en materia de infraestructuras. En los últimos años, ha dado lugar a importantes reformas políticas y legislativas, ya que nuestros socios tratan de alinearse con las normas de la UE, fomentando así una integración cada vez más estrecha.
Desde Austria hasta Grecia
Sobre la base de estos logros, hemos propuesto la ampliación de un Corredor Europeo de Transporte a la región de los Balcanes Occidentales, que se extenderá desde Austria hasta Grecia y abarcará todos los países de los Balcanes Occidentales, aportando importantes beneficios a todos los implicados.
Se trata de una oportunidad inmejorable para profundizar en la asociación África-UE. Y nuestro compromiso es claro: queremos que nuestros homólogos africanos se apropien plenamente del proceso. Por nuestra parte, financiaremos infraestructuras sostenibles y de alta calidad, con total transparencia y aprovechando nuestra reputación de altos estándares y buena gobernanza.
Lógica expansión
Por razones geopolíticas obvias, también miramos cada vez más hacia Asia Central. Ahora más que nunca, necesitamos rutas comerciales alternativas, fiables y eficientes entre Europa y Asia.
Actualmente estamos realizando un estudio sobre las conexiones de transporte sostenibles, en el que se analizan los cuellos de botella, los enlaces que faltan y las necesidades de inversión, tanto en términos de infraestructura como de medidas de conectividad blanda. Tendremos los resultados la próxima primavera, junto con una lista de proyectos para mejorar las infraestructuras. Soy optimista en cuanto a que este estudio será un catalizador que aumentará el uso del Corredor Medio en particular, y contribuirá al desarrollo sostenible dentro de los países de Asia Central en general.
Para concluir, los tiempos turbulentos de hoy son un duro recordatorio de por qué debemos trabajar juntos para construir redes de transporte sostenibles, inteligentes y resistentes. La solidaridad ha demostrado ser una de las mejores formas de crear resiliencia. Por tanto, sigamos trabajando para fomentar nuestra conectividad, para nuestras empresas y para nuestra gente.
