Lo positivo es que la demanda de transporte ha sido muy elevada, y se espera que mantenga esta tendencia en los próximos meses, a pesar de que la inflación continúa en doble dígito.
Pero las demás cuestiones que presentaban incertidumbre no se han resuelto de modo favorable para los intereses de los empresarios. Por ejemplo, la gratuidad de los billetes de Renfe en la media distancia ya es una realidad, sin que la carretera haya obtenido de la Administración una compensación similar por este agravio comparativo (¿competencia desleal?). Desde el Sector todavía no se ha tirado la toalla, eso nunca, pero lo cierto es que no se respira demasiado optimismo.
Algo similar sucede con los contratos del transporte escolar, ahora que el curso está a punto de comenzar. ¿Cómo se explica que no se compense la evidente subida de costes de ninguna manera? ¿Qué razón hay para ello?
Las mascarillas
Tampoco el Covid atraviesa su mejor momento. Los índices de mortalidad no son muy elevados, pero sí los de contagios, que provocan que, por ejemplo, las mascarillas continúen siendo obligatorias en el transporte público. De nuevo, tenemos una situación dispar, porque en los aviones ya se han eliminado. ¿Para cuándo el autobús?
Y a esto debemos añadir la coyuntura económica, con una inflación que, aunque las previsiones indican que será más suave en esta última parte del año, sigue en unos niveles que hacía muchos años que no vivíamos.
Un curso escolar que arranca con complicaciones. Esperemos que se vayan resolviendo de la mejor manera para los intereses del Sector.

