En su introducción, que hoy ampliamos, se indica que hasta 2019, la electrificación del parque de vehículos aún no desempeña un papel importante en la reducción de las emisiones de CO2 del transporte por carretera. Sin embargo, se espera que adquiera mayor importancia en los próximos años.
Hasta ahora no se ha aprovechado el potencial del cambio modal
Los impactos climáticos de un pasajero/km en coche son actualmente mucho más elevados que los de los autobuses y trenes y los modos de desplazamiento activo (a pie y en bicicleta). Del mismo modo, el impacto climático de una tonelada/km transportada en camión supera actualmente a los del ferrocarril y la navegación interior. La cuota modal de los automóviles en el transporte terrestre de pasajeros y la cuota modal de los camiones en el transporte terrestre de mercancías han crecido, aumentando así el impacto climático del Sector del transporte.
Es importante destacar que el impacto depende de la tasa de ocupación y del factor de carga. Las normas de la UE han mejorado el rendimiento de CO2 de los nuevos coches y furgonetas, pero los cambios a mayor escala en la electrificación de la flota y el desarrollo de infraestructuras de recarga siguen siendo necesarios.
En los últimos 10 años, las normas de rendimiento de CO2 de los coches y furgonetas nuevos se han ido endureciendo gradualmente en la UE. Para nuevos camiones, las primeras normas se adoptaron en 2019. El enfoque adoptado en la normativa permite a los fabricantes elegir la forma más eficiente de cumplirla. El impacto de las normas es visible en la tendencia del rendimiento de CO2 de los coches y furgonetas nuevos que se venden en la UE, especialmente en los años clave.
Las ventas de vehículos eléctricos (vehículos eléctricos de batería y vehículos híbridos eléctricos) se han disparado desde 2017, triplicándose en 2020, cuando empezaron a aplicarse los nuevos objetivos. El número de nuevos vehículos eléctricos vendidos difiere significativamente entre los Estados miembros de la UE. Hasta ahora, los mayores volúmenes de ventas se registraban en países con un producto interior bruto per cápita relativamente alto. Entre los Estados miembros con niveles de renta similares, las diferencias en la adopción de vehículos eléctricos se explican en parte por la variación de las medidas políticas nacionales y locales.
Mejoras en la eficiencia
También ha mejorado la eficiencia en materia de CO2 de todo el parque automovilístico, tanto para los coches como para los vehículos pesados. En el caso de estos últimos, se explica en parte por las mejoras en la eficiencia del combustible y en la eficiencia operativa.
Para alcanzar los objetivos climáticos de 2030 y 2050, será necesario aumentar la cantidad de vehículos eléctricos en el parque automovilístico. Los cuellos de botella que podrían obstaculizar la futura electrificación son la provisión de una infraestructura de carga y la necesidad de satisfacer la demanda de electricidad de los vehículos eléctricos y el suministro de materias primas para las baterías.
Las nuevas soluciones innovadoras y la legislación existente y propuesta podrían ayudar a resolver estos cuellos de botella.
Los combustibles del transporte por carretera siguen siendo muy intensivos en carbono, especialmente si se tiene en cuenta el cambio indirecto del uso de la tierra para cultivar materias primas para biocombustibles.

