La reducción de la intensidad de las emisiones de gases de efecto invernadero del mix de combustibles para el transporte por carretera se ha debido principalmente a la mayor proporción de biocombustibles (cuyo objetivo se establece en la RED II).
En 2020, la cuota media de energía procedente de combustibles renovables en transporte en la UE-27 era del 10,2%: la mayor parte de esta cuota corresponde a los biocombustibles.
Teniendo en cuenta el alcance más amplio de las emisiones (del pozo a la rueda, análisis del ciclo de vida), el contraste entre el rendimiento de las emisiones de gases de efecto invernadero de los biocombustibles y los combustibles fósiles es incluso mayor que en el caso de las emisiones de gases de escape. Sin embargo, la materia prima utilizada para producir biocombustibles es decisiva, ya que el potencial de los biocombustibles es decisivo, pues el posible cambio indirecto en el uso de la tierra por el cultivo de biocombustibles puede disminuir estos beneficios.
A medida que aumenta la proporción de vehículos eléctricos, la intensidad de carbono en la producción de electricidad será cada vez más importante para la evaluación del impacto climático total del transporte por carretera.
Perspectiva de futuro
Con el marco político actual, se prevé que las emisiones de CO2 procedentes del transporte por carretera en la UE disminuirán un 35% para 2050 (en comparación con 1990). Este descenso se deberá en gran medida a la eficiencia de los vehículos, incluida la transición a los vehículos eléctricos.
Se prevé que la demanda de transporte aumente y que el cambio modal tenga un efecto limitado sobre las emisiones
Sin embargo, los factores impulsores previstos de las futuras reducciones de de las emisiones por sí mismos no tendrán el mismo efecto sobre otros impactos en el medio ambiente, como el ruido y los contaminantes atmosféricos, la congestión, la pérdida de biodiversidad y el uso de recursos.
Para garantizar que las emisiones de gases de efecto invernadero del transporte por carretera se reduzcan significativamente y se minimicen también otros impactos, los factores que hasta ahora han impulsado las emisiones de gases de efecto invernadero (demanda y cuotas modales) podrían aprovecharse para reducir el impacto de los gases de efecto invernadero del sector del transporte por carretera.

