Y, por eso, no es descabellado calificar la feria como un éxito. Tal calificativo lo recibe por haberse celebrado. No necesita nada más para ello. El Sector tiene que estar satisfecho por haber podido sacar adelante un evento que, después de un lustro, era mucho más que una necesidad: era obligación.
Más adelante será momento de calibrar el volumen de afluencia de visitantes. Pero ya se puede confirmar que, aquellos que visitaron la capital, lo hicieron con ganas de trabajar y cerrar acuerdos. Este fue el sentir de algunos de los expositores consultados por NEXOBUS.com: al tener la feria un espacio más reducido, se dispuso del tiempo necesario para atender a cada cliente como merece. Afirmación bastante extendida entre aquellos que apostaron por su presencia en Ifema (junto con algún que otro reproche para los que no lo hicieron, pero asistieron como visitantes).
Reposo y reflexión
Ahora, es momento de reflexionar. ¿Por qué se han producido tantas ausencias? ¿Es solo una cuestión económica? ¿Hay algún otro interés en que la feria no vaya bien?
Tendremos que esperar dos años, hasta la segunda quincena de octubre, para celebrar una nueva edición de FIAA, pero no tanto para dar respuesta a estas preguntas.

