Todos ellos tratan de esclarecer el escenario actual en el que se encuentra el planeta, aportando algunas soluciones para que sea sostenible en un futuro no tan lejano. En su resumen ejecutivo se recuerda que nuestro clima ya está cambiando drásticamente, con 1,1°C de calentamiento medio global desde la era preindustrial, para lo que hay varios ejemplos. El año pasado, una insoportable y mortal ola de calor asoló la India y Pakistán, con las temperaturas más altas jamás registradas (Coleman 2022). Un calor sin precedentes también llegó a la Antártida, donde las temperaturas fueron aproximadamente 39°C por encima de lo normal (Samenow y Patel 2022), y durante este período de anormalmente cálido, la primera plataforma de en la Antártida Oriental se derrumbó desde que los satélites monitorizan la región hace casi medio siglo (Fountain 2022).
En Estados Unidos, una megasequía se ha apoderado de los estados del suroeste durante dos décadas, y en 2021 se produjo una sequedad tan extrema que ha sido clasificada como la peor sequía de los últimos 1.200 años (Harvey 2022). La sequía, junto con el calor extremo, también está cubriendo China, cerrando fábricas, paralizando la energía hidroeléctrica, y aumentando el uso del carbón (Bradsher y Dong 2022).
En otros lugares, las fuertes lluvias atribuidas al cambio climático han provocado graves inundaciones y corrimientos de tierra que están devastando comunidades en Sudáfrica y Brasil (WWA 2022; Carrington 2022). En Pakistán, ocho semanas consecutivas de lluvias monzónicas torrenciales desencadenaron devastadoras inundaciones que dejaron un tercio del país bajo el agua (Sands 2022; Shih et al. 2022). Y frente a la costa de Australia, la Gran Barrera de Coral experimentó su sexto blanqueamiento masivo, lo que es particularmente digno de mención porque se produjo durante un año de La Niña, que normalmente que suele traer temperaturas más frías y lluvias (Cave 2022).
Otro tipo de crisis
Al mismo tiempo, los países están lidiando con numerosas crisis que corren el riesgo de obstaculizar la acción climática. Las naciones todavía están reconstruyendo sus economías tras la recesión provocada por la primera ola de Covid-19, y muchos están perdiendo la oportunidad de centrar el gasto en una recuperación ecológica, en lugar de realizar hoy inversiones que se han convertido en décadas de infraestructura con alto contenido de carbono (PNUMA 2021c). La invasión rusa de Ucrania ha desencadenado un rápido cambio en los patrones geopolíticos de décadas, amenazando con revertir la integración mundial y obstaculizando la cooperación internacional.
Las naciones de todo el mundo se están replanteando su enfoque estratégico de la seguridad alimentaria, energética y la seguridad militar a medida que este conflicto interrumpe las cadenas de suministro y eleva los niveles de amenaza percibidos. Un aumento a corto plazo de los combustibles fósiles, dada la naturaleza de estas interrupciones del suministro, y estas inversiones corren el riesgo de convertirse en obstáculos para que el mundo acelere los esfuerzos de mitigación para lograr el Acuerdo de París.

