Pero eso es exactamente lo que está tratando de hacer el Instituto de Biomecánica (IBV) a fin de obtener un sistema que pueda mejorar la conducción autónoma, tanto del presente como del futuro.
¿Es posible? ¿Se pueden aplicar este tipo de sensaciones y comportamientos a los vehículos? Podríamos decir que la inteligencia artificial tiene su base en este concepto, más o menos y sin entrar en arduas disertaciones. Pero el IBV va un paso más allá y trabaja en tratar de comprender cómo se sienten los pasajeros durante el viaje en coche, para crear un vehículo autónomo más empático y sensible al comportamiento humano.
El sistema incorpora tres modelos: emocional, cognitivo y observacional para ‘interpretar’ al pasajero
El proyecto SUaaVE Supporting acceptance of automated Vehicle está consiguiendo resultados sorprendente gracias a un novedoso sistema capaz de estimar en tiempo real el estado mental, tanto cognitivo como emocional, de los viajeros para mejorar su experiencia.
El resultado final de SUaaVE es un sistema empático y sensible al estado del pasajero, que detecta si este siente miedo, enfado, satisfacción, aburrimiento, angustia, ira o alegría, y también su nivel de concentración, atención o estrés.
El director de Innovación en Automoción y Movilidad del IBV, José Solaz, explica que este módulo empático está compuesto por un modelo emocional que predice el estado de las emociones del pasajero en tiempo real a partir de su respuesta fisiológica, capaz de estimar la intensidad de la emoción y si es positiva o negativa; y un modelo cognitivo que entiende el nivel de atención y conciencia del conductor. La tecnología incorpora, además, un modelo observacional que analiza cómo influyen en el estado de ánimo del usuario los factores externos, como el tráfico o las condiciones ambientales.
La respuesta humana modulada del vehículo, llamada ACE, está controlada por un módulo que regula la respuesta del vehículo, en palabras de Solaz, de tal manera que el pasajero siente que el vehículo realmente ha entendido sus sentimientos y necesidades. ACE está formada por una interfaz inteligente que adapta su información al estado emocional y cognitivo del pasajero; tres modos de confort dinámico diferentes que el vehículo modifica en función del estado de ánimo de los ocupantes y también un conjunto de ajustes de confort ambiental que cambia su luz, control de ruido y opacidad de ventanas.
¿Humanizar los vehículos?
¿Estamos preparados para incorporar vehículos autónomos en nuestro día a día? El IBV está convencido de que el vehículo autónomo será en pocos años un agente clave en la movilidad, por lo que ésta ha sido una de las cuestiones clave a lo largo del desarrollo de esta investigación que ha permitido avances significativos para entender si estamos preparados para aceptar la coexistencia de vehículos autónomos y qué factores influyen en su aceptación.
Por ello, los trabajos han incluido el diseño de una herramienta para desarrollar y analizar la aceptación y los escenarios del vehículo autónomo, que permite configurar diferentes entornos y niveles de automatización. Entre los principales objetivos del proyecto SUaaVE está facilitar herramientas a fabricantes de equipos originales (OEM) y a fabricantes TIER para implementar los resultados del proyecto en sus desarrollos.
Según señala Solaz, hasta ahora, las investigaciones en vehículos autónomos se han centrado principalmente en soluciones técnicas sin considerar aspectos intangibles, como la percepción de seguridad, que podrían ser perjudiciales para la aceptación de esta tecnología. Con este proyecto se ha diseñado un modelo centrado en las personas que permita al vehículo gestionar acciones correctivas para mejorar el trayecto de viaje de sus ocupantes, mediante la participación de cerca de un centenar de personas en diversos focus group y más de 5.000 usuarios de perfiles diversos en encuestas.
A esto se suman las 400 pruebas en simulador de conducción y en carretera (en un vehículo autónomo simulado) en el HAV (Human Autonomous Vehicle), un simulador de conducción dinámico y altamente inmersivo del IBV. SUaaVE es una iniciativa que abre el camino para la consolidación de un vehículo autónomo empático y centrado en el ser humano que, sin duda, aumentará la aceptación, la seguridad y la comodidad de la movilidad futura, concluye el director.
IBV ha liderado este proyecto en el que colabora con las empresas españolas IDIADA Automotive Technology y NEXTIUM by Idneo ; el Centro Ricerche FIAT en Italia; la University of Groningen en los Países Bajos; la Fondation Partenarial Mov’eotec – Vedecom, la Université Gustave Eiffel, el Institut Polytechnique de Bordeaux y ESI Group en Francia; y la Technische Universitaet Muenchen en Alemania.

