Aunque la cantidad mencionada al principio corresponde en un porcentaje mayoritario a los camiones, los autobuses y autocares también se encuentran en la misma situación, y los empresarios del Sector ven el asunto con la misma preocupación.
Porque, como hemos mencionado en reiteradas ocasiones, la solución es muy complicada en el corto y medio plazo. Es probable que, a la larga, se articulen todas esas propuestas etéreas que se manejan en la actualidad, como la de hacer la profesión más atractiva (¿cómo?), mejorar las condiciones salariales y laborales (esto no solo depende del Gobierno) o el impulso de la formación (esta podría ser un camino a explorar).
El tiempo apremia
Pero todas estas cuestiones un denominador común: requieren tiempo. Un tiempo del que el Transporte por carretera no dispone, porque necesita mano de obra con urgencia. Recurrir a los militares o a conductores de nacionalidades fuera de la UE es el camino más corto, pero el volumen de personas que podrían incorporarse al mercado por esta vía es reducido.
Corremos el riesgo de un claro colapso de la actividad, de vehículos que no se puedan mover por falta de conductores. Y eso, en un país como el nuestro, es algo que no puede suceder. Así que, entre todos, deberíamos ser capaces de resolver tan complejo galimatías.

