El Pilar Europeo de Derechos Sociales situó hace ahora cinco años al Transporte entre los servicios esenciales a los que toda persona tiene derecho a acceder, destacando que tales servicios deben ser de buena calidad y que el apoyo al acceso (pensado en términos amplios) estará disponible para quienes lo necesiten.
Diferentes grupos de personas tienen diferentes necesidades como usuarios del transporte y es importante garantizar que el sistema de transporte sea inclusivo y esté disponible para todos. Las cuestiones son complejas y tienen múltiples dimensiones que se superponen, ya que interactúan diferentes usuarios, necesidades, geografías, Estados miembros/contextos legales, modos, modelos empresariales y tendencias más amplias. Con el fin de garantizar que el futuro sistema de transporte sea inclusivo y equitativo, es importante considerar el sistema desde la perspectiva de los usuarios en términos de asequibilidad, fiabilidad y accesibilidad.
Los objetivos generales del estudio son dos:
– identificar los retos y oportunidades que plantea la modernización del sistema de transporte a los diferentes grupos de usuarios/pasajeros del transporte en términos de asequibilidad, fiabilidad y accesibilidad; y
– revisar y proponer posibles soluciones que garanticen que los usuarios estén en el centro del futuro sistema de transporte, de modo que los beneficios puedan llegar a todos los grupos sociales.
La mayor parte de la investigación y la toma de decisiones sobre este tema se llevan a cabo a nivel nacional, regional o local, pero este estudio reúne las necesidades, los retos y las oportunidades de los usuarios en todos los Estados miembros e identifica temas comunes y/o posibles lagunas políticas.
Los términos de referencia especifican seis grupos diferentes de usuarios/pasajeros del transporte que probablemente se verán afectados por la modernización del sistema de transporte y que pueden tener necesidades particulares o enfrentarse a retos concretos a medida que la movilidad y el transporte evolucionan. Los seis grupos de usuarios del estudio son
– Mujeres;
– Ciudadanos con escasos conocimientos de informática o con acceso limitado a Internet;
– Personas con discapacidad y con movilidad reducida (por ejemplo, personas mayores);
– Personas que viven en zonas remotas (sobre todo rurales), localidades segregadas o en regiones menos desarrolladas;
– Jóvenes y niños;
– Personas con bajos ingresos y, en particular, en riesgo de pobreza o exclusión social.
Además, al considerar la dimensión social del futuro sistema de transporte de la UE, es posible que los ciudadanos que no pertenecen a las categorías anteriores también tengan que cambiar sus hábitos de movilidad.
Principales tendencias
– La descarbonización y la digitalización, de las que puede decirse que ambas provocan predominantemente cambios en el propio sistema de transporte (es decir, en la forma en que se organiza y se ofrece el transporte);
– El envejecimiento de la población y la pandemia de Covid-19, que se puede decir que están provocando cambios en el perfil de las necesidades y comportamientos de los usuarios, a los que el sistema de transporte debe adaptarse.
Estas tendencias tendrán un impacto considerable en el transporte con profundas consecuencias para los usuarios.

