Desde el punto de vista de las autoridades, los operadores y otras partes interesadas responsables de la planificación y la prestación de servicios e infraestructuras de transporte, el nivel de preparación con respecto a la dimensión social desde la perspectiva de los usuarios tiene dos elementos que interactúan:
– El primero es el grado en que estas partes interesadas son conscientes de los diferentes grupos de usuarios y tienen en cuenta sus necesidades.
– El segundo es el grado en que estas partes interesadas son conscientes de las diferentes tendencias principales y han desarrollado planes para apoyarlas/abordarlas (que también tienen en cuenta a los diferentes grupos de usuarios).
Si no se conocen los distintos grupos de usuarios y sus diferentes necesidades, es probable que no se tengan en cuenta los retos o las oportunidades que estos usuarios pueden encontrar con la modernización del sistema de transporte. En consecuencia, aunque se hayan elaborado planes con respecto a las principales tendencias, puede decirse que el nivel de preparación de las autoridades y/u operadores con respecto a la equidad y la inclusión es bajo.
Por otro lado, si las autoridades/los operadores ya tienen en cuenta a los distintos grupos de usuarios y sus necesidades, y también los han reconocido en el contexto de las tendencias principales y los planes relacionados, entonces puede decirse que el nivel de preparación con respecto a la equidad y la inclusión es alto. La consideración de los diferentes usuarios y sus necesidades puede implicar:
– Desarrollar la visibilidad de los diferentes usuarios y sus necesidades mediante la recopilación de datos suficientemente desglosados y otra información relacionada.
– Implicar a los diferentes usuarios o a sus representantes a través de procesos de participación adecuados.
Cómo se aborda
En términos muy generales, el transporte se ha planificado tradicionalmente teniendo en cuenta consideraciones económicas, especificaciones técnicas y las necesidades de movilidad de los grupos de usuarios dominantes, en lugar de las diversas necesidades de otros grupos de usuarios, lo que ha creado una aparente desconexión entre las necesidades de los diferentes grupos de usuarios y la gobernanza/toma de decisiones de las autoridades de transporte. Por lo tanto, es importante que las autoridades y los operadores reconozcan las ventajas y el valor que aporta el hecho de tener en cuenta a los distintos grupos de usuarios y sus necesidades potencialmente contradictorias, y que integren los requisitos para que la dimensión social se tenga en cuenta en todas las fases pertinentes de la planificación y la prestación del transporte. Teniendo en cuenta cómo la política de transportes da forma al sistema, hay cuatro áreas principales de intervención que son particularmente relevantes desde la perspectiva de garantizar la equidad y la inclusión en el transporte futuro:
– Ambición política de alto nivel: fijación de objetivos y metas que tengan en cuenta explícitamente diversos aspectos sociales.
– Marco de planificación: definir los requisitos de asequibilidad, fiabilidad y accesibilidad que deben tenerse en cuenta al analizar y decidir las intervenciones e inversiones en transporte; especificar las obligaciones de compromiso con los usuarios y los enfoques para medir la contribución de las intervenciones a los objetivos de la política de inclusión social.
– Preparación de proyectos: Inclusión de la dimensión social en las orientaciones sobre casos empresariales, directrices de diseño y procesos de contratación.
– Explotación de servicios: Desarrollo de un entorno normativo aplicable a la prestación de servicios (por ejemplo, derechos de los pasajeros) que incluya la consideración de la dimensión social y la recopilación de datos pertinentes y desglosados.
El ejemplo de Bremen
Un ejemplo de consideración de los diferentes grupos de usuarios y sus necesidades es el Plan urbano de movilidad sostenible 2025 de Bremen (Alemania). El plan integró la dimensión social del transporte a través de un fuerte énfasis en la participación local de las principales partes interesadas en todos los niveles sociales y gubernamentales, como los grupos de interés público, los ciudadanos, los comités regionales y las autoridades. Aunque el plan se centra en aspectos «tradicionales» del transporte, como la optimización del tráfico comercial, también incluye elementos centrados en la dimensión social de la movilidad. Por ejemplo, un objetivo clave del plan es «permitir la inclusión social de todas las personas y reforzar la igualdad de todos los usuarios del transporte».
En este sentido, Bremen ha manifestado su deseo de «mejorar la accesibilidad del espacio público y del transporte público local atendiendo a las necesidades de los peatones, en particular de las personas mayores, las personas con discapacidad y las personas con niños pequeños». Asimismo, el plan pretende conectar los sistemas de transporte, tener menos efectos negativos sobre las personas, la salud y el medio ambiente; y contar con modos de transporte más respetuosos con el medio ambiente. El plan de Bremen demuestra que, a través de una recopilación y comprensión exhaustivas de las necesidades de los usuarios, con el compromiso de todos los niveles de gobierno, se pueden crear políticas que apoyen el desarrollo del sector del transporte de una manera más integradora desde el punto de vista social.
Según los comentarios recibidos a través de la consulta a las partes interesadas y las observaciones recogidas en nuestra investigación, el nivel de preparación de las autoridades/operadores es muy variable en toda la UE. Se observan diferencias en cuanto a cómo se tiene en cuenta la dimensión social del transporte a distintos niveles (local, regional, nacional, UE) y entre distintas ciudades, regiones y países. Cada vez se reconoce más la importancia de la inclusión en el contexto de la movilidad. Por ejemplo:
– en Chequia, vemos que entre 2014 y 2021 se han introducido objetivos específicos en torno a la dimensión social en los documentos de la política nacional de transportes;
– en Grecia, el Ministerio de Transportes ha creado recientemente un comité sobre cuestiones de discapacidad;
– en Austria, la estructura organizativa del Ministerio Federal de Movilidad116 se ha adaptado para incluir una unidad dedicada a abordar las necesidades de las personas con discapacidad y con movilidad reducida; mientras que
– en Dinamarca, a partir de 2020 se empezaron a crear consejos regionales de pasajeros en las cinco regiones danesas, financiados por el Gobierno y compuestos por 20 miembros diversos que representan a distintos grupos de usuarios e interseccionalidades.

