Hoy le toca el turno al análisis de Barcelona, que aparece en el puesto 24 en cuanto al índice de preparación para la movilidad urbana; en el 17 en movilidad sostenible y en el 21 en relación con el tráfico público.
Dice el estudio sobre la ciudad condal que la red multimodal de transporte público es asequible y se complementa con el potente entramado ferroviario español. Barcelona también se beneficia de una red nacional de carreteras que ofrece una importante conectividad regional.
Un plan nacional de seguridad anunciado este año prevé reducir a la mitad las muertes y lesiones graves de tráfico para 2030, mediante el aumento de los carriles bici y la reducción los límites de velocidad.
A pesar de las zonas de bajas emisiones, el número de vehículos eléctricos sigue siendo inferior al de muchas otras ciudades europeas, debido a la relativamente baja red de estaciones de recarga. El uso de la bicicleta también va a la zaga de otras ciudades europeas, pero existe un plan de movilidad que pretende mejorar los semáforos para ciclistas y crear espacios reservados más seguros.
San Francisco
San Francisco aparece como la primera ciudad de la lista, ocupando el puesto 1 en cuanto al índice de preparación para la movilidad urbana. Sin embargo, en otros indicadores no está tan arriba: es la 22 en movilidad sostenible y la 16 en relación con el tráfico público.
San Francisco ocupa el primer puesto en el Índice de Preparación para la Movilidad Urbana gracias a un rico ecosistema académico y de emprendedores que han hecho de la ciudad un centro mundial de la movilidad como servicio (MaaS) y los vehículos autónomos conectados.
La ciudad está cerca de Silicon Valley, la Universidad de Stanford, la Universidad de California en Berkeley y el Lawrence Berkeley National Laboratory, y ha adoptado las nuevas tecnologías de estas instituciones, en particular los sistemas autónomos. En 2022, San Francisco se convirtió en una de las primeras ciudades del mundo en permitir la conducción autónoma.
Los fuertes incentivos y la inversión en estaciones de recarga están impulsando el crecimiento de los eléctricos. Los conductores de California pueden recibir hasta 9.500 dólares en reembolsos al comprar un vehículo eléctrico, así como un crédito fiscal federal de hasta 7.500 dólares.
A esto se añade que también pueden utilizar los carriles reservados para de alta ocupación.
Sin embargo, San Francisco no figura entre las 15 primeras en las clasificaciones de movilidad sostenible o de transporte público. El limitado número de número de estaciones de transporte público genera largas caminatas para llegar a ellas y un uso relativamente bajo. A pesar de los intentos de mitigar el impacto de desastres naturales, como incendios forestales y terremotos, la infraestructura de San Francisco hace que sus sistemas de movilidad aún no estén preparados para afrontar estos retos.

