En uno de sus capítulos se apunta, al respecto del impacto sobre las tarifas, que el efecto más directo de la liberalización en España sería la reducción de las tarifas de los servicios comerciales, por estos dos motivos:
- Dadas unas condiciones adecuadas de competencia en el mercado, las tarifas descenderían en el importe del subsidio cruzado, al no tener que subvencionar la prestación de servicios deficitarios.
- Las ganancias de eficiencia gracias a las economías de escala y alcance adquiridas por los operadores tras la liberalización permitirían una mayor reducción de las tarifas.
A la vista de las experiencias europeas, la evolución de los precios podría registrar un mínimo muy marcado tras la liberalización, con un retroceso parcial tras la consolidación del mercado, en caso de que las condiciones de competencia repliquen la experiencia en Francia, con una competencia potente y dinámica entre los grandes operadores nacionales; o podría seguir una tendencia a la baja más progresiva, similar a la italiana, conforme la competencia vaya penetrando en los distintos mercados regionales. En cualquiera de los casos se esperaría una reducción de las tarifas como consecuencia de la mayor competencia, como también se ha observado en los pocos casos de concurrencia de concesiones sobre el mismo trayecto en el sistema concesional español.
También entra dentro de lo posible, según la Comisión, que tras la liberalización, los operadores introduzcan sistemas de tarificación dinámicos, como se ha observado en otros países. En este sentido, la ausencia de una tarifa estable podría ser percibida negativamente por los usuarios del servicio. Sin embargo, la variación dinámica de las tarifas permite a los operadores incrementar las ratios de ocupación de los autobuses, reduciendo de esta forma los costes unitarios de operación y los precios para los usuarios.
Así, Gaggero et al. (2019) analizan la política de tarificación de FlixBus en Alemania y encuentran que las tarifas se incrementan conforme se agotan los asientos disponibles en el autobús y descienden conforme se aproxima la fecha de partida, pero, a diferencia de las aerolíneas, no responden con aumentos para capturar el excedente de los viajeros de última hora, lo que los autores atribuyen a la gran sensibilidad al precio que presentan los usuarios de autobuses de larga distancia.
Frecuencias, calidad y variedad
Una de las regularidades empíricas observadas en los procesos de liberalización europeos son las mejoras de las frecuencias del servicio, la innovación en el mercado y el desarrollo de servicios conexos tras la liberalización. En este sentido, la competencia entre operadores previsiblemente provocaría un aumento de las frecuencias atendidas, con el objeto de posicionarse en el mercado, en especial durante la expansión inicial. Por su parte, es probable que los competidores repliquen en España las innovaciones introducidas en el resto de mercados europeos, como la posibilidad de reserva de asiento, el desarrollo de aplicaciones móviles, o la oferta de servicios puerta a puerta, que actualmente ofertan un número reducido de operadores, se indica en el estudio.
La liberalización eliminaría la necesidad de establecer restricciones y segmentar los servicios de autobús internacional, discrecional, turístico y, en cierta medida, regular de uso especial. Como consecuencia, es probable que se produjera el crecimiento de estos segmentos, asociados a la celebración de eventos, o al turismo internacional, lo que a su vez podría causar efectos de arrastre sobre otras industrias, como el turismo o la hostelería.
Impacto intermodal
La liberalización del autobús de larga distancia incrementaría la competencia ejercida por este modo de transporte sobre los servicios comerciales de transporte de viajeros en ferrocarril, favoreciendo una liberalización efectiva de este sector. De este modo, la coincidencia temporal de ambas liberalizaciones favorecería una transición a una ordenación de los servicios más eficiente.
De la misma forma, la liberalización del autobús permitiría a los operadores competir en mejores condiciones con el coche compartido, o con los nuevos servicios de ferrocarril de alta velocidad, que podrían captar un gran número de viajeros en las rutas habitualmente más rentables.
La liberalización supondría, de forma añadida, una oportunidad para reevaluar la oferta de servicios ferroviarios sujetos a OSP, analizando su necesidad y la posibilidad de prestarse a través de modos alternativos con mayor eficiencia en costes, como el autobús comercial o sujeto a OSP.
Para finalizar este apartado se apunta que la liberalización del autobús, junto con la de otros modos de transporte, facilitaría el desarrollo de opciones multimodales de transporte de viajeros por las empresas privadas. Esto contribuiría a incrementar la oferta de servicios disponible para los usuarios, incrementando su bienestar. En este sentido, para mejorar las complementariedades entre modos de transporte, sería conveniente asegurar el acceso de los operadores de autobús de larga distancia a las estaciones e intercambiadores multimodales.

