Se aborda la cartera de medidas eficaces y su contribución potencial a mitigar los riesgos climáticos del transporte, incluyendo, en primer lugar, una serie de medidas de carácter individual.
Las medidas para apoyar la descarbonización de la movilidad urbana pueden clasificarse de diferentes maneras. Centrándose en la distinción entre medidas destinadas a evitar el desplazamiento, dejar de utilizar el coche privado y reducir la huella de carbono de la movilidad urbana.
Todas las medidas políticas/financieras/organizativas, operativas e infraestructurales contribuyen a modificar y mejorar la movilidad urbana.
El PMUS establece varios objetivos e identifica áreas clave de acción que tienen diferentes implicaciones para las ciudades. Los tipos de acciones pertinentes deben ser sostenibles e inteligentes para contribuir al logro de los objetivos de descarbonización.
Acción conjunta
El objetivo final de emisiones cero (que debe alcanzarse lo antes posible, a más tardar cerca de 2050) requiere un conjunto diverso de acciones. Los tipos de acción incluyen una mejor integración del uso del suelo y la planificación del transporte para evitar el tráfico generado por décadas de desintegración espacial, así como diferentes modelos de organización del trabajo y modelos empresariales que reduzcan el número de desplazamientos al trabajo en un periodo de referencia (por ejemplo, el teletrabajo un determinado número de días por semana y/o al año).
La gestión coherente de los datos y su gobernanza al más alto nivel posible crean las condiciones para un uso optimizado de los datos disponibles que permita soluciones y aplicaciones inteligentes en todos los tipos de acción para apoyar la descarbonización.
Nuevas tecnologías y modelos empresariales como el teletrabajo, las compras en línea y la sanidad electrónica pueden reducir el número total de desplazamientos. Ofrecer infraestructuras (por ejemplo, desarrollando espacios adicionales para bicicletas), vehículos y servicios de transporte interconectados deberían proporcionar alternativas viables y atractivas al uso del coche privado en los desplazamientos diarios y en el tráfico comercial o de ocio.
Vehículos y tecnología
Impulsar la adopción de vehículos de emisiones cero y de combustibles renovables/bajos en carbono y la infraestructura relacionada deberían contribuir finalmente a reducir la huella de carbono.
Las nuevas tecnologías o modelos de negocio para la movilidad urbana también pueden ayudar a desplazar la demanda hacia opciones con una menor huella de carbono. Por ejemplo, las aplicaciones que permiten el uso compartido de bicicletas, coches eléctricos o ciclomotores eléctricos pueden ofrecer soluciones para muchas necesidades de movilidad y ayudar a evitar la necesidad de tener un coche en propiedad. La integración e interacción de la planificación del uso del suelo y el transporte puede influir en el uso del transporte privado y, por tanto, en las emisiones de GEI.
La fisonomía urbana de una ciudad tiene un efecto directo sobre qué medidas más eficaces para lograr la neutralidad climática. La concentración y la distribución de la población de una ciudad influyen en el potencial de desarrollo de una red de transporte público sostenible y también para el cambio a modos activos, como los desplazamientos a pie o en bicicleta. Planificar el futuro desarrollo teniendo en cuenta las necesidades de transporte público (es decir, el Desarrollo Orientado al Tránsito) puede garantizar que las soluciones de transporte masivo tengan la masa crítica necesaria para ofrecer una alternativa al uso del automóvil.

